CONTINUAMOS CON EL DISCERNIMIENTO...

Lo carismático no es privilegio de unos cuantos en la comunidad. Es un elemento de toda ella. Es la realidad que le permite a la comunidad que puede existir.  El carisma es algo actual y decisivo en todos los miembros de la comunidad por ser el actuar mismo del Espíritu del Resucitado.
El término Carisma que comúnmente se ha entendido como don, regalo es la gratuidad de Dos hacia los seres humanos. Esta interpretación causa una serie de problemáticas en la formación de la comunidad porque se ha entendido exclusivamente como “dones” o “regalos” lo que algunas personas de la comunidad hacen o dicen: el poder de profetizar, el don de lenguas, el don de interpretar, el don de cantar, el don de escuchar. Y si esto fuera así ¿qué pasaría con las personas que no tienen ningún don? ¿Habría entonces dones más importantes que otros? ¿Qué entender por dones o carisma en una comunidad? El Espíritu del Resucitado, su acción salvadora, actúa en los hombres y las mujeres. Éste es el misterio de la encarnación. El mismo Dios toma la iniciativa de formar comunidad con cada uno y una. Cada ser humano es don, regalo o carisma, porque es en él donde Dios actúa y se refleja en lo que cada quien hace.
Lo carismático no funciona exclusivamente en lo personal sino en lo comunitario. En la comunidad los carismas se ponen al servicio, diakonía, y los miembros que sirven forman la comunidad, koinonía. La comunidad es la expresión más clara de que  Dios está aconteciendo en los hombres y las mujeres que la conforman. La comunidad es el espacio donde los seres humanos nos hacemos hijos de Dios.

La presencia del Espíritu Santo en las personas genera que las acciones humanas se hagan acciones de Dios, en cuanto participan de su espíritu. Este espíritu actúa, como lo veremos a través de las mociones espirituales que son los movimientos o impulsos que el cristiano siente y percibe de su interior.
La conciencia transformada por el Espíritu tiene varias funciones:
Función cognitiva. El cristiano capta y percibe la realidad de una manera diferente, lo hace desde Dios, como el mismo Cristo la capta o la percibe (conocimiento crístico).El cristiano es modificado en su conocer. Al cristiano le acontece una metanoia, una metamorfosis. El cristiano empieza a entender las cosas como Cristo, descubre la dignidad del ser humano, entiende la vida de los seres humanos y del mundo dentro del proceso de cristificación y filiación.
Función crítica de la conciencia. Es la función de los valores o referentes frente a los cuales la conciencia confronta sus posibles opciones. Los valores cristianos residen en la conciencia cristiana y son infundidos por el Espíritu Santo.
Función selectiva de la conciencia. Es el discernimiento. El cristiano no solo tiene el saber de Cristo, haciendo valor ese conocimiento sino que, además, discierne o identifica, cuál es el comportamiento que coincide con ese querer de Dios.
Una vez que alguien asume esta experiencia como vital es necesario el acompañamiento para aprender a sensibilizarse y percibir más adecuadamente la acción del Espíritu. Si el sujeto está solo en este proceso se puede engañar (Cfr.  Meza J.L. Discernimiento y proyecto de vida  pp. 71-76).

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