Consejos evangélicos: mística y profecía
La vivencia de los consejos evangélicos parte del
hecho de haber optado por un estilo de vida que tiene su fuente en Jesús y que
por tanto implica la continuación de su actuar; no se trata tanto de vivir como vivió Jesús porque Él vivió así cuanto
vivir para lo que vivió Jesús, compartir su proyecto. El significado de los votos, entonces, va
encaminado hacia el establecimiento de unas relaciones distintas, libres y
fecundas, que transparenten a Jesús, no tanto en sí mismas cuanto en la
capacidad de situarse ante el mundo como Él y responder al mundo como Él.
Enraizadas en Jesús, comprendemos el valor supremo
del Reino frente a las propuestas de nuestra sociedad y como quien descubre un
tesoro en un campo (Cf. Mt 13, 44), renunciamos con alegría a unas posibilidades,
que también poseen un gran valor, pero que no alcanzan a dimensionar la
grandeza del proyecto de Jesús. Deseamos comunicar a todos los hombres y
mujeres que esta nueva posibilidad de
relación es una llamada, un camino de liberación, para todos, no sólo para la
vida consagrada.
Y dado que eso sólo se logra con el testimonio, de
ahí la necesidad de replantear la
vivencia de los consejos evangélicos hoy y despojarlos de una visión histórica
de “camino especial de perfección para entrar en el Reino”.
Considero, modestamente, que vivir maduramente los votos no es un previo al
Reino, es ya vivir en sintonía con él.
Vivir los votos hoy debe traducirse en entrega
total. Es el eco que queda luego de ver la película “La misión”. Una entrega que no escatima ni siquiera la propia
vida. Una entrega cimentada en convicciones inamovibles capaces de confrontar
las realidades de muerte (y a quienes las implantan y sostienen) que oprimen al
pueblo de Dios, en cualquier momento y en cualquier lugar.
Los consejos evangélicos son un grito que clama la
liberación de tantos hombres y mujeres
esclavos de una sociedad donde el placer, el poder y el tener han tomado la
batuta; pero también de aquellos otros tantos que padecen las acciones del
primer grupo y han perdido su dignidad.
Son un grito que llama al reconocimiento de la esencia del otro, mi
hermano.
De ahí que para Mercedes Navarro los votos no pueden
limitarse a reforzar estructuras identificativas en la vida religiosa, sino que
deben estar en función de una eclesiología
de la comunión, que tiene sus cimientos en la solidaridad (pobreza), en la
práctica dialogal (obediencia) y en la creatividad relacional (celibato).
En el caso de la solidaridad plantea que no puede
existir comunión donde hay desigualdades económicas. La base debería ser el compartir que establece la justicia. En
la práctica dialogal es necesario el reconocimiento de la pluralidad, de la
realidad que nos rodea y una actitud de discernimiento que genere que la
autoridad no recaiga sobre una determinada persona sino sobre el proceso mismo
de las decisiones. La creatividad
relacional deja de verse únicamente como realidad biológico-sexual para empezar
a tomarse como dimensión relacional que reconoce el valor de la otra persona,
más allá de su sexo y capacidad reproductiva.
Yolenny Ramírez. Novicia MAR
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