LECTIO DIVINA, 1º DOMINGO DE CUARESMA, CICLO B, MARCOS, 1,12-15

 Vencida la tentación con la fuerza del Espíritu 
Jesús comienza el anuncio de la Buena Nueva del Reino


1-Invocatio

Padre de amor y de misericordia tu que enviaste tu Espíritu Santo sobre Jesús en medio del desierto, asístenos a nosotros con tu luz, para que podamos responder al llamado que tú nos haces y poder entender con un corazón sincero tu Palabra. El Espíritu también nos impulsa a nosotros a encontrarnos con la Palabra. Nos abrimos a su inspiración con este canto…


2-Lectio

Atentos a escuchar este bello pasaje que se nos presenta. Dispongamos nuestro corazón  para dejarnos tocar por la Palabra.


Lectura:

12. Y en seguida el Espíritu lo llevó al desierto. 
13. Y se quedó en el desierto cuarenta días, siendo tentado por Satanás; y estaba entre las fieras, y los ángeles le servían. 
14. Después que Juan hubo sido encarcelado, fue Jesús a Galilea, predicando la buena nueva de Dios, 
15. Y diciendo: "El tiempo se ha cumplido, y se ha acercado el reino de Dios. Arrepentíos y creed en el Evangelio".

Contextualización:

El texto de la liturgia de este domingo nos presenta el comienzo de la vida pública de Jesús: los cuarenta días en el desierto, las tentaciones de Satanás, la prisión de Juan Bautista, el inicio del anuncio de la Buena Nueva de Dios.

Marcos define el contenido de la enseñanza de Jesús como "Buena Noticia de Dios" (Mc 1, 14). La Buena Noticia que Jesús proclama viene de Dios. Hace ver la experiencia que Jesús mismo tiene de Dios como Padre. Revelar a Dios como Padre es la fuente, el contenido y el destino de la Buena Noticia de Jesús.

Jesús no ha conocido una vida fácil y tranquila. Ha vivido impulsado por el Espíritu, pero ha sentido en su propia carne las fuerzas del mal. Su entrega apasionada al proyecto de Dios lo ha llevado a vivir una existencia desgarrada por conflictos y tensiones. De él hemos de aprender sus seguidores a vivir en tiempos de prueba. Jesús murió por instaurar un reino de amor, justicia y paz en el que incluía a todos aquellos que eran rechazados y ese reino no es más que la acción permanente del amor de Dios en los seres humanos.

“El Espíritu empuja a Jesús al desierto”. No lo conduce a una vida cómoda. Lo lleva por caminos de pruebas, riesgos y tentaciones. Buscar el reino de Dios y su justicia, anunciar a Dios sin falsearlo, trabajar por un mundo más humano es siempre arriesgado. Lo fue para Jesús y lo será para sus seguidores.

“Se quedó en el desierto cuarenta días”. El desierto será el escenario por el que transcurrirá la vida de Jesús. Este lugar inhóspito y nada acogedor es símbolo de prueba y purificación. El mejor lugar para aprender a vivir de lo esencial, pero también el más peligroso para quien queda abandonado a sus propias fuerzas.

“Tentado por Satanás”. Satanás significa “el adversario”, la fuerza hostil a Dios y a quienes trabajan por su reinado. En la tentación se descubre qué hay en nosotros de verdad o de mentira, de luz o de tinieblas, de fidelidad a Dios o de complicidad con la injusticia.

A lo largo de su vida, Jesús se mantendrá vigilante para descubrir a “Satanás” en las circunstancias más inesperadas. Un día rechazará a Pedro con estas palabras: “Apártate de mí, Satanás, porque tus pensamiento no son los de Dios”. Los tiempos de prueba hemos de vivirlos, como él, atentos a lo que nos puede desviar de Dios.

“Vivía entre alimañas, y los ángeles le servían”. Las fieras, los seres más violentos de la tierra, evocan los peligros que amenazarán a Jesús. Los ángeles, los seres más buenos de la creación, sugieren la cercanía de Dios que lo bendice, cuida y sostiene. Así vivirá Jesús: defendiéndose de Antipas al que llama “zorra” y buscando en la oración de la noche la fuerza del Padre.

“El plazo se ha cumplido. El reino de Dios está llegando. Conviértanse y crean en el Evangelio”. En Jesús y con Jesús ha llegado el reino de Dios. El plan de Dios, la salvación de todos, está llegando con Jesús. La respuesta por parte de los humanos es: conversión total y radical al Evangelio.[1]

3-Meditatio

Señor Jesús, te damos gracia por tu Palabra que nos ha hecho ver mejor la voluntad del Padre. Haz que tu Espíritu ilumine nuestras acciones y nos comunique la fuerza para seguir lo que Tu Palabra nos ha hecho ver.

Para poder profundizar un poco en este texto:

-El Espíritu empuja con fuerza a Jesús hacia el desierto. ¿Me dejo conducir por él en mi vida?

-El desierto es el lugar del encuentro y de la tentación. ¿En qué situaciones de la vida nos encontramos “en el desierto”?

-¿Cómo percibo la presencia de Cristo en esas situaciones?
                                              
4-Oratio

La misericordia del Señor es inmensa y hoy me pide que ese reino que Él deposita en mi corazón pueda extenderse hacia los demás. Como seguidora de Jesús mi participación es ser discípula fiel de Él. Señor que yo pueda contemplar tu rostro en la intimidad de la oración y pueda hacer vida tus designios en mí. Que la oración sea el motor que me mueva a realizar todas esas acciones que le agradan a Dios.


5-Contemplatio/Actio

Las invitaciones que me hace Jesús es a salir de mi misma y dejarme trascender en lo personal, dejando atrás todo aquello que no me permite ver su rostro y empezar este camino de cuaresma con un corazón sincero y que sepa siempre responder a su llamada con valentía. Gracias, Jesús por tu fortaleza  en mí debilidad y porque me ayudas a vencer el mal espíritu.



Wilkida Mojica, Prenovicia MAR


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