HOMENAJE A ANNA MARIE CARMONA, NUESTRA “GRINGA” MAR
Querida Ana: te has ido sin hacer ruido, “dejando ya tu casa sosegada”.
Hermana mía, chicana, oriunda de
Missouri (USA), misionera agustina recoleta por muchos años en Venezuela: hoy
estamos celebrando tu Pascua.
No habría palabras para expresar el
sentir que albergo, por eso el corazón lo guarda ya como un tesoro o una perla
de gran riqueza para mi vida.
Te conocí como una mujer muy fraterna,
muy cercana. No fuiste de muchas palabras, pero tus gestos siempre lo dijeron
todo. Tu consigna espiritual de toda la vida fue “fiat”; tan breve como
significativa y así la hiciste vida hasta el último minuto de tu existencia.
Estoy cierta, aun sin verte, que por tu forma de vivir y por tu forma de morir
te has dejado acompañar por ese “hágase”.
Fuiste, querida hermana y amiga, de una simplicidad excelente y así fue
tu humildad y tu gran amor con que viviste que te hace una con el Señor.
Compartimos muchos años en la misión
de Atapirire y
¿qué aprendí de ti?
-Ante todo tu fidelidad al Señor.
-Tu fidelidad a las hermanas, pues
nunca hablaste mal de ninguna. Soportabas en silencio, pero nadie te sacaba una
palabra en contra de una hermana, o una queja o un reclamo; al contrario
rehuías hablar mal de nadie.
-Tu fidelidad a los pobres a quienes
te dedicabas con amor y ternura.
-Tu capacidad de desprendimiento, de
una pobreza absoluta que a veces hasta molestaba; tu capacidad de tener lo
mínimo y solo lo necesario y sobre todo tu capacidad de acompañar sin decir
palabra.
Hoy mi corazón te llora como otra
amiga que se marcha; de las buenas, de las verdaderas, de las incondicionales,
de las íntegras, de las que no se quedan con nada.
Gracias inmensas Ana por tu vida
callada como la de María; por tu vida anónima y anonadada. Sólo el Señor sabe
lo que te llevas en tus manos cargadas: rosas y espinas que sin duda alguna,
darán frutos de bendiciones en nuestra Congregación.
Alabado sea mi Señor porque en tu
partida ganas la verdadera Vida, siempre anhelada, mi amada Ana.
Nieves María Castro Pertíñez. mar
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