EL VALOR DE NUESTROS MAYORES
A veces pensamos que hablar con personas de edad
avanzada, específicamente ancianos, es aburrido. Caemos en la tentación de
juzgar y etiquetar a nuestros mayores como personas “pasadas de moda”, que ya
no tienen de qué hablar, que ya no aportan nada a la sociedad e incluso algunos
dicen palabras tan fuertes como “ya se van a morir, no tienen mucho que dar,
estorban”… palabras duras e inhumanas pero que son parte del pensamiento de
muchos.
Lo que sí es cierto y puedo asegurar es que todo lo
dicho anteriormente no son más que palabras vacías, palabras de personas que no
han sacado tiempo para experimentar el gozo que causa hablar con estas personas
de “cabello blanco” y “cara arrugada”, que son una fuente de sabiduría.
Las personas de tercera
edad tienen mucho que compartir todavía, son personas que ya vivieron parte de
su vida adquiriendo experiencias que les hicieron crecer como personas, es por
ello que las personas ancianas siempre tendrán un sabio consejo para dar a los
que estamos iniciando esta carrera de la vida.
Nos dice el Papa Francisco que “…Nosotros vivimos en un tiempo en el que
los ancianos no cuentan. Es feo decirlo, pero se descartan, ¡eh! Porque dan
fastidio. Los ancianos son los que nos traen la historia, nos traen la
doctrina, nos traen la fe y nos la dan en herencia. Son los que, como el buen
vino envejecen, tienen esta fuerza dentro para darnos una herencia noble”.
Por eso amigos lectores,
les invito a que valoremos a nuestros mayores, brindemosle el cuidado que
ellos necesitan y sobre todo saquemos tiempo para hablar con ellos,
escucharles, bromear y por qué no hasta jugar con ellos. Ellos también forman
parte de nuestras familias, de nuestra comunidad religiosa, de la sociedad…
ellos forman parte del cuerpo de Cristo que es la Iglesia.
Jasmeiry De La Cruz
Novicia MAR
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