¡UN ARMA PELIGROSÍSIMA!
Muchas veces nos aterran las armas de fuego y las armas blancas, pero
casi nunca nos aterramos del arma que
tenemos en la boca, que forma parte de
nuestro ser: La Lengua.
La lengua siendo
pequeñita gobierna todo un cuerpo. El poder
que tiene es un arma peligrosísima. Nos pone ante la vida y ante la muerte. La única forma que
existe para controlar esta arma es domesticándola, ya que lengua domesticada es
un cuerpo domesticado. Pero este trabajo no es tan fácil, requiere mucha
voluntad.
Veamos que nos dice la Biblia al
respecto: De la carta de Santiago 3, 2-13:
"El que no peca en palabras es un hombre
perfecto de verdad, pues es capaz de dominar toda su persona. Poniendo un freno
en la boca del caballo podemos dominarlo, y sometemos así todo su cuerpo. Lo
mismo ocurre con los barcos: con un pequeño timón el piloto los maneja como
quiere, por grandes que sean, aún bajo fuertes vientos. Así también la lengua
es algo pequeño pero puede mucho; aquí tienen una llama que devora bosques. La
lengua es un fuego, y es un mundo de maldad; rige nuestro organismo y mancha a
toda la persona: el fuego del infierno se mete en ella y lo transmite a toda
nuestra vida. Animales salvajes y pájaros, reptiles y animales marinos de toda
clase han sido y de hecho son dominados por la raza humana. Pero nadie ha sido
capaz de dominar la lengua. Es un azote que no se puede detener, un derrame de
veneno mortal. Con ella bendecimos a nuestro Señor y Padre y con ella
maldecimos a los hombres, hechos a imagen de Dios. Hermanos, esto no puede ser
así. Si tu sabiduría es modesta, veremos sus frutos en tu conducta noble."
Si tan sólo
pudiéramos recordar esta cita bíblica cuando abrimos la boca, así podríamos
evitar situaciones o pleitos de lo que después nos podemos arrepentir.
Cuánta maldad y
cuánto daño no se ha hecho con la lengua, a cuántos no hemos condenado con
nuestras palabras.
Pero tenemos al
DIOS de los imposibles, pidámosle a él la gracia de poder dominar nuestra
lengua cada vez que abramos la boca. Que cuando hablemos sólo transmitamos vida
como lo hizo Jesús.
¡¡LA PRIMERA VIRTUD ES FRENAR LA LENGUA!!
Claudia Puac
Novicia MAR
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