MARTES SANTO (CUANTAS VECES SOMOS JUDAS)
El
día de hoy el evangelio nos habla sobre el anuncio de la traición de unos de
los discípulos va a traicionar a Jesús, Pedro lo negara. Lo que más me
impresiona del relato es comprobar que la traición se fragua en el círculo de
los íntimos, de aquellos que han tenido acceso al corazón del Maestro. Me he
detenido en estas palabras: Os aseguro que uno de vosotros me va a entregar.
La palabra “traición” es muy dura. Apenas la usamos en nuestro
vocabulario. Hemos buscado eufemismos como debilidad, error, distancia, etc.
Pero ninguna de estas palabras tiene la fuerza del término original. Hablar de
traición supone hacer referencia a una relación de amor y fidelidad frustrada.
Sólo se traiciona lo que se ama. ¿Estaremos nosotros traicionando a Jesús a
quien queremos amar?
Lo traicionamos cuando abusamos de promesas que no vienen
refrendadas por nuestra vida.
Lo traicionamos cuando, en medio de nuestros intereses, no
tenemos tiempo gratuitamente con él.
Lo traicionamos cuando le hacemos decir cosas que son sólo
proyección de nuestros deseos o mezquindades.
Lo traicionamos cuando volvemos la espalda a los “rostros
difíciles” en los que él se nos manifiesta.
Lo traicionamos cuando lo convertimos en un objeto más al
alcance de nuestros caprichos.
Lo traicionamos cuando damos por supuesta su amistad y no lo
buscamos cada día.
Lo traicionamos cuando repetimos mucho su nombre, pero no
estamos dispuestos a dejarnos transformar por él.
Dejemos que este Martes Santo su mirada nos ayude a descubrir
nuestras sombras.
Gonzalo (gonzalo@claret.org)
Yessica Victoria, Novicia MAR
Comentarios
Publicar un comentario