¿ME MIRÓ AL ESPEJO?
El día de hoy les comparto esta reflexión, acerca de si reconocemos nuestras faltas o solo las proyectamos en los demás, pero no aceptamos que nosotros las tenemos.
Un hombre que tenía un grave problema de miopía se
consideraba un experto en evaluación de arte. Un día visitó un museo con
algunos amigos. Se le olvidaron las gafas en su casa y no podía ver los cuadros
con claridad, pero eso no lo detuvo a la hora de vociferar sus fuertes
críticas.
Tan pronto entraron a la galería, comenzó a
criticar las diferentes pinturas. Al detenerse ante lo que pensaba era un
retrato de cuerpo entero, empezó a criticarlo. Con aire de superioridad dijo:
"El marco es completamente inadecuado para el cuadro. El hombre está
vestido en una forma muy ordinaria y andrajosa. En realidad, el artista cometió
un error imperdonable al seleccionar un sujeto tan vulgar y sucio para su
retrato. Es una falta de respeto".
El hombre siguió su parloteo sin parar hasta que su
esposa logró llegar hasta él entre la multitud y lo apartó discretamente para
decirle en voz baja: "Querido, ¡¡¡estás mirando un espejo!!!".
Muchas veces nuestras propias faltas, las cuales
tardamos en reconocer y admitir, parecen muy grandes cuando las vemos en los
demás. Debemos mirarnos en el espejo más a menudo, observar bien para
detectarlas, y tener el valor moral de corregirlas; es más fácil negarlas que
reconocerlas. Por eso, es necesario dejar a un lado el orgullo, pues sólo con
humildad podremos ver nuestros defectos y corregirlos.
Yessica Victoria, Novicia MAR
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