Estos son los profundos deseos
de la comunidad del Noviciado para nuestra Hna. Nieves María Castro Pertíñez
quien el día de ayer viajó, hacia su patria terrenal, España, para compartir la
experiencia de Dios en su vida con sus familiares, y de manera especial con su
madre Asunción Pertíñez, las hermanas de la Congregación y los amigos.
Las Hnas. Elsa Gómez, María de
la Paz Güendica, Sandra Escobar y las novicias Yolenny Ramírez y Brenda Ovalle,
la acompañamos al aeropuerto para despedirla y manifestarle nuestra alegría por
todo aquello que va a vivir entre sus familiares y conocidos, como también la
ilusión de su pronto regreso.
Queremos agradecer también la visita de la
hermana Lucelia Ramírez quien ha venido a Colombia para vivir un tiempo de vacaciones;
el día de ayer estuvo en nuestra comunidad acompañada de sus hermanas Rubilia y
Aliria. Fue un momento de compartir
fraterno en el que pudimos enterarnos de los aconteceres de la viceprovincia
Santa Mónica.
Actualmente la Hna. Lucelia
vive su consagración en la misión de Atapirire, Venezuela, testificando la obra
salvadora de Dios en ella y sirviendo a sus hermanos y hermanas. Este tiempo de descanso trae consigo el
festejo de los 50 años de fidelidad a la llamada de Jesús, o como usualmente decimos:
las Bodas de Oro.
Oramos para que ambas vivan
unas bendecidas vacaciones.
“Pasó haciendo el bien…”Hch 10,38
La vivencia de estar en el
aeropuerto me hizo pensar un poco: los sentimientos a flor de piel, las maletas
transitando casi solas, los letreros, los trabajadores, las pantallas
anunciando destinos profundamente significativos para los viajeros…
Interiormente nacemos con este
ambiente físico descrito, nacemos para peregrinar, nacemos para el cielo,
nacemos con profundos deseos de la trascendencia y a ejemplo de Jesús, en
nuestra condición nacemos para hacer el bien mientras caminamos a nuestra
morada primera y última.
Es precioso reconocer que
nuestro destino es la Vida plena y eterna en Dios.
Nunca en el corazón humano se
apagará la inquietud de la cual comenta S. Agustín que moviliza nuestros
corazones a vivir en el que los ha creado: “Señor Tú nos hiciste para Ti y
nuestro corazón esta inquieto hasta que descanse en Ti”
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