Lectio divina-Domingo de Resurrección –Ciclo B-Jn 20, 1-9
¡¡¡Cristo, ha resucitado, Aleluya, Aleluya!!! “Hoy el cielo y la tierra cantan ‘el nombre’ inefable y sublime del Crucificado resucitado.” INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO: CONTEXTO En este Domingo de Pascua gritamos con todas nuestras fuerzas y desde lo más profundo de nuestro corazón: “¡Cristo ha resucitado de entre los muertos dándonos a todos la vida!” . Este es el Domingo que le da sentido a todos los domingos, en el que con la ayuda del Espíritu Santo, queremos hacer una proclamación de júbilo y de victoria que sea capaz de asumir nuestros dolores y los transforme en esperanza; que nos convenza de una vez por todas que la muerte no es la última palabra en nuestra existencia. A la luz de esta certeza hoy brota lo mejor de nosotros mismos e irradia con todo su esplendor nuestra fe como discípulos de Jesús. Efectivamente, somos cristianos porque creemos que Jesús ha resucitado de la muerte, está vivo, está en medio de nosotros, está presente en