Jesús y las relaciones humanas
Una
característica del ser humano es estar
en relación con el otro. Esta relación aparte de ser mutua la podemos realizar
desde nuestra libertad.
Las
relaciones humanas pasan por varias situaciones, tanto dolorosas como felices,
pero de esas experiencias se va creciendo en la vida. La felicidad para Jesús era estar con quienes lo necesitan
y se puede ver reflejado a través de las bienaventuranzas.
Las
Bienaventuranzas son el mensaje de la felicidad, porque describen la manera de actuar de Jesús. Jesús es el modelo
por excelencia de humanidad, es el ser humano que ha vencido la
deshumanización; caracteriza y limita nuestra condición humana.
La mirada
de Jesús estuvo puesta en los más pobres, los excluidos, ya que desconocían la
felicidad y sus deseos eran semejantes a los de ellos. Jesús hacía que su vida
tuviera otro sentido. Jesús en vida no tuvo ningún cargo, él fue un laico o sea
alguien que se involucraba con los demás. Originó un movimiento el cual no
excluía a nadie, ni permitía que se hicieran diferencias.
El
relacionarnos con los demás exige un respeto. El Nuevo Testamento nos hace una
breve aclaración sobre ese amor fiel al prójimo. Ese amor conlleva a una
relación cara a cara con Dios.
Un modelo
de este valor es Jesús, lo demostró con las personas que eran excluidas y
despreciadas. En aquellos tiempos esas personas solo se acercaban a quienes los
respetaban y aceptaban; por eso se acercaban a Jesús.
Está claro
que Jesús no fundó ninguna Iglesia, pero si nuestra vida debe estar
fundamentada en la persona de Jesús. En la actualidad se ha
perdido el respeto principalmente en las religiones. El respeto va unido a los
derechos de cada persona. Jesús fue un hombre que respetó a todo el mundo
independientemente de lo que fuera.
Las
Iglesias antes que predicar el amor y la caridad, deben exigir el respeto y
ponerlo en práctica. En la vida las relaciones humanas son difíciles, pero a
veces cuesta más convivir con los demás.
En
ocasiones el ser humano pierde su dignidad con tal de conseguir lo que quiere,
a tal punto de hacerle daño al otro. Nos enfocamos en querer
amasar tantos bienes que a veces se pierden las relaciones tan bonitas sin
darnos cuenta.
Agustín fue
un hombre fiel a la amistad, cuenta en sus Confesiones que nunca podía vivir
solo, sino acompañado. Mantuvo una amistad profunda con quienes se
relacionaba.
San Agustín
nos advierte en forma directa que "no se puede conocer a nadie, excepto a
través de los amigos que tiene". San Ambrosio quien fue el mentor de San
Agustín dice que "una amistad que llega a terminarse nunca fue una
verdadera amistad".
La amistad
es una experiencia humana hermosa, enriquecedora, humanizante y digna de los
mayores elogios. La amistad significa querer el bien de alguien, a quien se ama,
a causa de la persona misma.
La amistad
tiene un valor muy apreciado; es una manera interpersonal de relacionarme con
el “prójimo” un lugar de encuentro con Dios.
Exige un movimiento de alejarse
del yo y honrar al otro.
Santa Isabel Mojica mejía
Novicia MAR




Comentarios
Publicar un comentario