Lectio Divina del Primer Domingo del tiempo ordinario- Fiesta del Bautismo del Señor-Ciclo C, Lc 3,15-16.21-22
“…también Jesús se bautizó”
Este domingo
terminamos uno de los tiempos más alegres del año litúrgico, la Navidad, en la
que hemos celebrado el misterio de Dios hecho niño, lleno de ternura, amor,
paz, que nos invita a ser promotores de la reconciliación, a optar por lo
pequeño, silencioso, un niño que elige nacer entre lo más pobre. Ese niño Dios,
se ha hecho hombre, y a pesar de estar libre de pecado se pone en la fila de
los pecadores, no es un mero espectador, pide el bautismo a Juan para iniciar
la misión que su Padre le ha encomendado.
En el siguiente enlace compartimos el audio de la Lectio Divina del Bautismo del Señor:
Invocación:
Pidámosle
al Dios de misericordia y amor, que nos entrega a Su Hijo muy amado, para nuestra Salvación, que abra y disponga
nuestro corazón y nuestra mente para acercarnos a Su Palabra, recibir Sus
invitaciones y tener el valor de ponerlas en práctica.
Escuchando
esta canción.
Lectura:
“Como
el pueblo estaba a la expectativa y todos se preguntaban por dentro si Juan no
sería el Mesías, Juan se dirigió a todos:
—Yo los bautizo con agua; pero viene uno con más autoridad que yo,
y yo no soy digno para soltarle la correa de sus sandalias. Él los bautizará
con Espíritu Santo y fuego.
Todo
el pueblo se bautizaba y también Jesús se bautizó; y mientras oraba, se abrió
el cielo, bajó sobre él, el Espíritu Santo en forma de paloma y se oyó
una voz del cielo: —Tú eres mi hijo
querido, mi predilecto.”[1]
Contextualización:
Ante esta
lectura que nos regala el Señor me fijo en lo siguiente:
1-
¿Qué significado tiene el bautismo? Bautismo se
deriva del verbo baptein-baptizein, que significa «sumergir» o «lavar». Indica
simbólicamente una purificación que se hace por medio del agua.
El bautismo
de Juan es anuncio del bautismo de Jesús, es un bautismo de penitencia y
arrepentimiento de los pecados, era para preparar un corazón limpio para la
venida del Mesías.
A partir de
su bautismo Jesús convierte este signo en sacramento, es un bautismo
como nos dice Juan:con Espíritu Santo y
fuego; el bautismo de Jesús nos hace nuevas criaturas, en él volvemos a
nacer, aceptamos ser hijos de Dios y recibimos la fuerza del Espíritu Santo
para hacer la voluntad del Padre.
2-
Juan Bautista. Un hombre que busca cumplir la
misión que Dios le ha encomendado, fiel, asceta, anunciador, prepara con humildad
la llegada del Señor, nunca se atribuye nada a sí mismo, es siempre consciente de que su mensaje y
bautismo están por debajo de Aquel que ha de venir.
3- Jesús.
También
se bautizó: se puso en la fila de los pecadores aquel que se encontraba libre
de todo pecado, se convirtió en imagen
del cordero que toma sobre sí los pecados, ya que solamente así pueden ser
destruidos (Jn 1, 29); y la revelación se hace presente cuando Él oraba, aquí
se demuestra su relación profunda y continua con el Padre. Jesús busca
prepararse para hacer la voluntad de su padre que será en últimas consecuencias
asumir la cruz para darnos la Redención.
4-El
Padre. Da
testimonio de Aquel que se está bautizando: Tú
eres mi hijo querido, mi predilecto.” Se muestra como un Papá tierno, que es capaz
de decir: mi hijo querido y a la vez entrega a Jesús su misión salvífica; al
reconocerlo como su hijo manifiesta que este hijo se comportará como su Papá,
el Dios fiel que viene a entregar todo por amor, para redimir a la humanidad de
la esclavitud del pecado.
5-
El Espíritu Santo. Baja sobre Jesús en forma de
paloma y se posa sobre Él. Es la fuerza organizadora y creadora de Dios, que
está desde el inicio de los tiempos (Gn. 1, 1-2), que se hace presente en Jesús
para llevar a la plenitud su criatura, pues en Jesús se hace realidad, el hombre
perfecto, el hombre que movido por el amor del Padre hace su voluntad hasta los
últimas consecuencias.
Meditación:
Ante este
misterio de amor de un Dios que se abaja hasta la miseria humana para
redimirla, busco profundizar en esta palabra y me pregunto ¿Qué me dice este
texto?... algunas preguntas que me pueden ayudar para la meditación son:
v Recuerdo mi bautismo: ¿qué
significa para mí estar bautizado (a)?
v El
pueblo esperaba a un Mesías, ¿Yo sigo esperando el
sentido de mi vida, mi salvación que he
encontrado en Jesús?
v La
actitud de Juan bautista en relación a la misión que el Señor le ha encomendado
es de humildad ¿Ante mis trabajos pastorales busco ser
protagonista, el rey o la reina a la que todos alaban por lo bien que lo hace o
me reconozco el burro de Jesús que va a donde Él diga y es consciente de que es
a Él a quien lleva?
v Jesús
se puso en la fila de los pecadores, asumió nuestra condición, se abajó para
salvarnos, ¿Cuál es mi actitud ante el pecado o las
limitaciones de mis hermanos?
v ¿Soy capaz como Jesús de orar antes de tomar una decisión?
v El
Espíritu Santo es la fuerza que anima y mueve a Jesús y a Juan Bautista ¿A mí qué me mueve?
Oración:
Señor,
muchas veces no soy consciente de todo lo que haces por mí, soy egoísta y solo
pienso en mí misma, no soy capaz de compartir todo el amor que me das y lo
vuelvo infecundo, me apropio de los dones y actúo de forma soberbia. Tú Señor
conoces también las veces que no abrazo las debilidades de mis hermanos y solo
juzgo, critico o me alejo rechazando. También Señor sabes cuáles son esas mi
motivaciones que no han sido purificadas, eso que me mueve en algunas ocasiones
y no es Tú voluntad. Ante todo esto Señor me presento pecadora ante ti, y te
pido perdón.
Pero
ante tu infinita misericordia Señor, te pido que cada día limpies mis ojos con
Tú palabra, me ayudes a tener tus sentimientos de amor, para con mis hermanos,
que me enseñes a ser dócil a tu voluntad a tal punto de que ya no sea yo la que
decida, haga, hable, sino que seas Tú con tu Santo Espíritu los que guíen mis
pasos, Señor que seas Tú el centro de toda mi vida. Amén.
Contemplación:
En este
momento te invito a que contemples a este Dios que baja a nuestra realidad, y
nos quiere hablar en lo profundo, escuchando esta canción y pregúntate ¿Quién es Jesús para ti?
Acción:
Como sabemos
el encuentro con Dios siempre nos pone en camino, así que te invito a que en lo
profundo le preguntes al Señor una actitud que Él quiera que trabajes, pídele su
gracia para hacerlo y manos a la obra.
¡Dios nos llene de su amor!
Karen B.
Polanco
Novicia MAR
Comentarios
Publicar un comentario