LECTIO DIVINA, SOLEMNIDAD DE LA EPIFANÍA DEL SEÑOR (CICLO C), MATEO 2,1-12
“PORQUE
VIMOS SU ESTRELLA EN ORIENTE Y HEMOS VENIDO A ADORARLO”
Dejamos con ustedes dos links, el primero
para escuchar el audio de la Lectio Divina y el segundo para visualizar una
presentación de Power Point, ambas de la Epifanía del Señor.
1.
INVOCATIO:
Ven a mí, Espíritu Santo, Espíritu
de sabiduría: dame mirada y oído interior para que no me apegue a las cosas
materiales, sino que busque siempre las realidades del Espíritu. Ven a mí,
Espíritu Santo, Espíritu de amor: haz que mi corazón siempre sea capaz de más
caridad. Ven a mí, Espíritu Santo, Espíritu de verdad: concédeme llegar al
conocimiento de la verdad en toda su plenitud. Ven a mí, Espíritu Santo, agua
viva que lanza a la vida eterna: concédeme la gracia de llegar a contemplar el
rostro de la misericordia, Jesucristo, en la alegría y en la vida sin fin.
(San Agustín)
2. LECTIO:
¿Qué
dice la Palabra de Dios?
Del
Evangelio de San Mateo 2,1-12:
1 Nacido Jesús en Belén de Judea, en
tiempo del rey Herodes, unos magos que venían del Oriente se presentaron en
Jerusalén, 2
diciendo: « ¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido? Pues vimos su
estrella en el Oriente y hemos venido a adorarle.» 3 Al oírlo el rey Herodes se
sobresaltó y con él toda Jerusalén. 4
Convocando a todos los sumos sacerdotes y escribas del pueblo, les preguntaba
dónde había de nacer el Cristo. 5 Ellos
le dijeron: «En Belén de Judea, porque así está escrito por el profeta:
6 Y tú, Belén, tierra de Judá,
no eres, no, la
menor entre los principales clanes de Judá;
porque de ti
saldrá un caudillo
que apacentará a
mi pueblo Israel.»
7
Entonces Herodes llamó aparte a los magos y por sus datos precisó el tiempo de
la aparición de la estrella. 8
Después, enviándolos a Belén, les dijo: «Id e indagad cuidadosamente sobre ese
niño; y cuando le encontréis, comunicádmelo, para ir también yo a adorarle.» 9 Ellos, después de oír al rey, se
pusieron en camino, y he aquí que la estrella que habían visto en el Oriente
iba delante de ellos, hasta que llegó y se detuvo encima del lugar donde estaba
el niño. 10
Al ver la estrella se llenaron de inmensa alegría. 11 Entraron
en la casa; vieron al niño con María su madre y, postrándose, le adoraron;
abrieron luego sus cofres y le ofrecieron dones de oro, incienso y mirra. 12 Y, avisados en sueños que no
volvieran a Herodes, se retiraron a su país por otro camino.
Contextualización:
La adoración de
los Magos de oriente refleja la dimensión universal de la salvación traída por
el Señor. El hecho de que estos “paganos”, personas que no conocían la
revelación del Señor, que no tenían nada a ver con el pueblo elegido, y que
hayan sido ellos quienes, guiados por una estrella, han ido a adorar al “rey de
los judíos que había nacido”, está mostrando la perspectiva que tendrían las
enseñanzas del Señor, que ya no se limitaría al pueblo elegido, sino que la
nueva revelación traída por Jesús, ya no tendría límites ni de territorio, ni de
razas, ni de culturas, pues la salvación sería para todo el género humano, pues
el Hijo de Dios vivo hecho carne, es Dios y Señor, redentor y salvador de toda
la humanidad. La actitud de los Magos manifiesta las actitudes y las
disposiciones que debemos tener todos los que buscamos a Señor. En primer lugar
se capaces de discernir la señal de los tiempos, es decir, darnos cuenta de los
signos que el Señor nos coloca, para poder encontrarlo. En segundo lugar, la
búsqueda de Dios, siempre implica “desinstalarse”, moverse, buscar, y esto es
lo que estos Magos hicieron cuando abandonaron sus tierras y fueron en búsqueda
del rey que había nacido. En tercer lugar, el preguntar; parte de la búsqueda
es el informarse, el querer llegar. En cuarto lugar, es el postrarse y adorar,
es la profesión de fe en acto, es el reconocimiento de que Aquel que estaba en
un pesebre era el Dios vivo y verdadero hecho hombre, al que ellos aun no
conociendo, lo adoraban y lo reconocían como Dios. Y finalmente, la ofrenda;
estos magos ofrecieron regalos que podrían ser proféticos, ORO
(realeza), INCIENSO
(divinidad) y MIRRA
(pasión), presentes que indicaban la dignidad de Aquel al que adoraban. Para
nosotros que estamos terminando este tiempo de Navidad, la actitud de estos
Magos es un camino que debemos recorrer a lo largo de este nuevo año que
comienza, para que buscando al Señor, lo encontremos y al encontrarlo lo
adoremos, reconociéndolo como nuestro Dios y Señor, como el sentido de nuestra
vida, a quien le ofrecemos, no solo oro, incienso y mirra, sino nuestra vida,
en docilidad y entrega, asumiendo su propuesta de vida, como nuestra, siendo Él
todo para nosotros.[1]
3. MEDITATIO:
¿Qué dice a mi vida,
en mi realidad actual, la Palabra de Dios?
1)
¿Se distinguir los signos de los tiempos que el Señor me presenta para
reconocerlo y llegar a su encuentro?
2)
Ante la revelación de Jesús, los Magos fueron capaces de reconocerlo como Señor
¿Reconozco a Jesús como el Rey de mi vida? ¿Me postro ante Él y le adoro?
3) Oro,
incienso y mirra fueron las ofrendas de los Magos ¿Desde lo que soy y tengo qué
es lo que le entrego a Jesús, la vida entera o solo aquello que me queda?
4) ¿Estoy
dispuesto/a a recorrer el camino que Dios me presenta, como parte de su Plan
Divino?
5) Todo
encuentro con Jesús nos lleva a un cambio de vida, los Magos nos dice San
Agustín hicieron un cambio de camino que simboliza la conversión de vida ¿he
experimentado ese cambio en mi vida? ¿Qué me falta o sobra para experimentarlo?
4. ORATIO:
¿Qué
le respondo a Dios, ante su mensaje e invitación?
Señor, los Magos
te ofrecieron Oro, Incienso y Mirra al llegar a tu encuentro… se postraron ante
Ti y te adoraron.
Hoy Señor Jesús
la humanidad, tu pueblo necesita reconocerte y tener la certeza de tu
salvación. Esa humanidad quiere ser el pesebre donde Tú naces, quiere acoger la
esperanza de tu amor, de tu revelación, necesita tanto de Ti…
También yo Señor
me reconozco necesitada de tu amor y misericordia y es por eso que imploro tu
gracia para poder reconocer los signos que me presentas a diario, hazme ver la
luz de la estrella, esa luz que solo eres Tú, pues eres lámpara para mis pasos.
Señor, que cada
encuentro que tenga contigo, cada momento de oración y diálogo de amor sea
oportunidad para limpiar mi corazón, que al igual que los Magos también yo
pueda cambiar de camino, con la certeza de que vas delante.
Gracias por ser
ese Dios humanado, ese Dios que se ofrece por cada uno de nosotros, Jesús eres
el ejemplo de la ofrenda más grande que pueda existir; Amado mío yo te ofrezco mi
pobre vida, mi pequeñez, lo poco que soy y tengo, pues qué te puedo dar que no
me hayas dado antes, sin embargo te lo doy con todo mi corazón para que tu
dispongas de ello.
5. CONTEMPLATIO/ACTIO:
¿Cómo me apropio del
texto y lo pongo en práctica?
Viendo a Jesusito
con los ojos del corazón, lo veo recostadito en el pesebre acompañado de la
dulce María y el fiel José; y me propongo ofrecerle todo cuanto haga en mi
diario vivir, buscando darlo a conocer a los demás.
Miriam Viviana Horta Colín, Novicia MAR
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