Otro aporte que da san Agustín sobre la actitud del hombre ante la oración es la de sentirse insatisfecho, sediento de Dios , suspirando por la patria definitiva, porque somos conscientes de que estamos de paso. Esta idea que aparece en la carta 130 es también como la necesidad imperiosa que tiene el hombre de ser colmado por Dios, porque solo Él puede llenar el corazón del hombre. Y me viene en este momento, unas palabras impactantes del papa Francisco: ningún religioso/a, novicio/a, seminarista, puede buscar consuelo ni consolación fuera de Dios. El religioso, no puede buscar compensaciones que suplan una falta de plenitud en el amor. Solo Dios plenifica el alma, y si nuestro corazón, como el de Cristo, no canaliza su afectividad en Dios y en el reino, buscará compensaciones para equilibrar la desproporción entre el ideal vocacional y la carencia afectiva que no ha podido colmar centrando la vida solo en Dios. Esto también lo ratifica Cencini en cada uno de sus libros. Por e...