LECTIO DIVINA- V DOMINGO DE PASCUA CICLO B. (Jn. 15, 1-8)


“Seguid unidos en mí como yo sigo unido a vosotros”.


INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

Ven a mí, Espíritu Santo, Espíritu de sabiduría: dame mirada y oído interior para que no me apegue a las cosas materiales, sino que busque siempre las realidades del Espíritu.

Ven a mí, Espíritu Santo, Espíritu de amor: haz que mi corazón siempre sea capaz de más caridad.

Ven a mí, Espíritu Santo, Espíritu de verdad: concédeme llegar al conocimiento de la verdad en toda su plenitud.

Ven a mí, Espíritu Santo, agua viva que lanza a la vida eterna: concédeme la gracia de llegar a contemplar el rostro del Padre en la vida y en la alegría sin fin. Amen. (San Agustín)

CONTEXTO:
En este domingo, el Evangelio escrito por San Juan, empieza describiendo  a Jesús cuando dice: “Yo soy la Vid Verdadera” o sea la única y verdadera Vida, es de Él, de quien nos viene y recibimos toda gracia, pues hemos salido de Él y solo en Él encontramos la plenitud de nuestra vida. En este tiempo de Pascua, Cristo nos afirma que somos de Dios, cosa que debería llenarnos de alegría y jubilo.


TEXTO: Jn 15, 1-8.
En aquel tiempo dijo Jesús “Yo soy la Vid verdadera y mi Padre es el Viñador. Si uno de mis sarmientos no da fruto, lo corta;  pero si da frutos, lo poda y lo limpia para que dé más. Vosotros ya estáis limpios por las palabras que os he hablado. Seguid unidos en mí como yo sigo unido a vosotros. Un sarmiento no puede dar fruto por sí mismo si no está unido a la vid. De igual manera, vosotros no podéis dar fruto si no permanecéis unidos a mí. Yo soy la vid y vosotros sois los sarmientos. El que permanece unido a mí y yo unido a él, da mucho fruto; pues sin mi nada podéis hacer. El que no permanece unido a mi será echado afuera, y se secara como los sarmientos que se recogen y se queman en el fuego. Si permanecéis unidos a mí, y si sois fieles a mis enseñanzas, pedid lo que queráis y se os dará. Mi Padre recibe honor cuando vosotros dais mucho fruto y llegáis así a ser verdaderos discípulos míos”.

LO QUE DICE EL TEXTO:
Lo que dice un Padre de la Iglesia respecto a este Evangelio:
“El Señor dice que Él mismo es la Vid, y que somos como las varas que de ella brotan. En efecto, fuimos generados a partir de Él y en Él, en el Espíritu, para dar frutos de vida, pero de una vida nueva que consiste esencialmente en el amor operante para con Él.
Antes dábamos frutos marchitos de una vida decadente. Somos, pues, conservados en el ser, insertos de alguna manera en Él, si nos mantenemos prendidos tenazmente en sus santos mandamientos que nos fueron dados, si ponemos todo nuestro empeño en conservar el grado de nobleza conseguido, y si no permitimos que sea entristecido el Espíritu que habita en nosotros, aquel espíritu que nos revela el sentido de la inhabitación divina. La manera como estamos, en Cristo y Él en  nosotros, nos lo explica San Juan: “Por esto se conoce que permanecemos en Él y Él en nosotros: por el Espíritu que nos concedió” (1 Juan 3,24; ver 4, 13). Tal como la raíz le transmite a las ramas las cualidades y la condición de su naturaleza, así el Verbo Unigénito de Dios le concede a los hombres, y sobre todo a aquellos que están unidos a Él por media de la fe, su Espíritu…”. (San Cirilo de Alejandría, lib.10, 2)

“Yo soy la Vid verdadera”. Con esta expresión Jesús,  declara que Él es el único en  donde se encuentra la plenitud de la   vida,  vida a la que somos incorporados gracias a la entrega incondicional de Jesús en la  Cruz. Jesús es la fuente de donde mana el vigor de la vida, la savia que nos alimenta y nos da fuerza,  donde vamos creciendo y desarrollando para nuestra configuración con Él para llegar a la plenitud de la felicidad de nuestra existencia y solo estando adheridos a Él y en Él, en profunda comunión, podremos llegar a obtener la felicidad completa que anhelamos.
·        “Mi Padre es el Viñador”. Esta comparación me hace detenerme en las características que ha de tener el viñador  Dios quien nos cuida, su presencia constante en nuestra vida, quita lo que nos estorba para dar fruto, como también nos limpia de las efímeras, superficiales que nos obstaculizan el dar fruto bueno y abundante.
·        “Vosotros sois los sarmientos”. Con esta afirmación Jesús nos presenta la procedencia de nuestra naturaleza humana  “provenimos de Dios” y por lo cual estamos vinculados a Él de quien viene todo bien y por consiguiente espera de cada uno de los que hemos salido de Él, dar frutos buenos, reconocer que sin Él no somos absolutamente nada pues todo nos viene de Él.
·        “Permanecéis unidos a mí…pedid lo que queráis y se os dará”. Que invitación tan sublime, Dios ya habitaba en nosotros y nos invita a permanecer el Él, nos busca, nos espera, nos llama para compartir con Él, vivir en Él.  No existe gracia más grande que este. Para que entonces buscar a Dios en cosas caducas y pasajeras, sabiendo con certeza de que la verdadera felicidad se encuentra únicamente en Él.

LO QUE ME DICE EL TEXTO:
El evangelista Juan a través de esta imagen me llama la atención sobre aspectos esenciales de mi vida. Siento que me pregunta:
¿De verdad creo que solo en Jesús se encuentra la plenitud de mi vida?
¿Cuáles son las cosas que me impiden dar frutos? ¿Estoy dejando obrar a Dios en mi vida o me creo autosuficiente?
¿Doy los frutos que Dios espera de mí?
¿Qué o quién es la fuente de mi alegría?
Hacernos estas preguntas nos ayudarán a tomar conciencia de la acción que la Palabra quiere hacer en mí.

LO QUE ME HACE DECIR:
Padre, mi Bien Absoluto, me faltan palabras para expresarte lo que anida en mi corazón. Tú Amor de mi amor.
Señor mío, Sublime y maravilloso es tu amor hacia nosotros, Tú mi raíz, mi savia, mi fuente y mi todo.  Tú Vida de mi vida.
Dios mío, insondable eres Tú, pues ya permanecías en mi desde siempre. Amor que en lo oculto me ibas entretejiendo en Ti. Tú hacedor mío.
Gracias por ser fuente de mi vida, por tu presencia que es acción salvadora y renovadora, gracias por mantenerme unida a Ti aun a pesar de mis desvíos y flaquezas y por cada uno de ellas, Padre te pido perdón. Dame Padre lo que necesito para estar siempre unido a Ti, realizando tu querer y tener siempre presente que sin Ti yo no soy nada pues necesito de Ti en todo momento de mi vida.

                                                            Gloria Hernández 
                                                               Novicia MAR

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