PASTORES QUE SE APACIENTAN ASÍ MISMOS
En el apostolado, en la prédica, en la catequesis o en dar algún consejo se debe
tener mucho cuidado de lo que se dice, examinar si lo que se está diciendo es
de uno mismo o realmente es de Dios.
Para esto, San Agustín nos puede aportar algunas
herramientas para no caer en pastores que se apacientan a sí mismos y no a las
ovejas, a través de su Sermón No. 46 sobre los pastores (Ez 34,1-16).
2. Me fue dirigida la palabra del Señor, diciendo: Hijo de
hombre, profetiza contra los pastores de Israel 2. Acabamos de escuchar este
pasaje de boca del lector. Sobre él me he propuesto decir algo a vuestra
santidad. Él me ayudará a hablar la verdad, si no digo cosas de mi propia
cosecha. Pues si hablara de lo mío, sería un pastor que me apaciento a mí
mismo, no a las ovejas. Si, en cambio, son de él las cosas que os diga, es él
quien os alimenta, hable quien hable.
Esto dice el Señor Dios: ¡Ay de los pastores de Israel que se apacientan sólo a sí mismos! ¿Acaso los pastores no apacientan ovejas? 3 Es decir, los pastores no se apacientan a sí mismos, sino a las ovejas. Este es el primer motivo por el que se censura a estos pastores: se apacientan a sí mismos, no a las ovejas. ¿Quiénes son los que se apacientan a sí mismos? Aquellos de quienes dice el Apóstol: Pues todos buscan sus intereses, no los de Jesucristo 4. En nosotros, a quienes el Señor nos puso -porque así él lo quiso, no por nuestros méritos- en este puesto del que hemos de dar cuenta con gran peligro, se dan dos aspectos que hay que distinguir: uno, que somos cristianos; otro, que estamos al frente de vosotros, en atención a vosotros mismos.
Esto dice el Señor Dios: ¡Ay de los pastores de Israel que se apacientan sólo a sí mismos! ¿Acaso los pastores no apacientan ovejas? 3 Es decir, los pastores no se apacientan a sí mismos, sino a las ovejas. Este es el primer motivo por el que se censura a estos pastores: se apacientan a sí mismos, no a las ovejas. ¿Quiénes son los que se apacientan a sí mismos? Aquellos de quienes dice el Apóstol: Pues todos buscan sus intereses, no los de Jesucristo 4. En nosotros, a quienes el Señor nos puso -porque así él lo quiso, no por nuestros méritos- en este puesto del que hemos de dar cuenta con gran peligro, se dan dos aspectos que hay que distinguir: uno, que somos cristianos; otro, que estamos al frente de vosotros, en atención a vosotros mismos.
Si nos fijamos, es muy importante que tengamos claro nuestro rol de pastores para alimentar y apacentar el rebaño de Dios. También para evitar que busquemos nuestros propios intereses, sino ante todo busquemos llevar a cabo el plan de Jesucristo que es la de cuidar y curar a las ovejas.
De esta manera estaremos demostrando al Señor q ue lo
amamos, si cuidamos de sus ovejas.
Claudia Puac
Novicia MAR
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