TOMAR, PARTIR Y REPARTIR MI VIDA
Queridos
lectores en este día queremos compartir con ustedes este poema del Padre Marcos
Alemán, sj, donde encontramos una gran coincidencia con el evangelio del día de
ayer (Jn 6, 1-15), en el que se nos hacia la invitación a compartir nuestra
propia vida como ese don maravilloso de Dios, que da sentido a todo lo que se va
compartiendo y viviendo.
Tomar mi vida para que la conviertas en pan.
Tomar mi vida para poder dártela.
Tomar mi vida para repetir aquel gesto tuyo
y ponerme a los pies de la humanidad.
Tomar mi vida para devolverte lo que en mí sembraste.
Partirme para no quedar encerrado y aislado.
Partirme vaciándome y así poder ser.
Partirme celebrando en memoria tuya.
Partirme para que no se haga mi voluntad.
Partirme para desplegarme en tu abundancia.
Repartirme en nuevos sentidos que nunca vi.
Repartirme en los demás y descubrirme cada vez más encendido.
Repartirme sin retener ni especular.
Repartirme hasta esa tierra donde mana leche y miel.
Camino a Jerusalén y cerca de la otra orilla.
Tomar mi vida para poder dártela.
Tomar mi vida para repetir aquel gesto tuyo
y ponerme a los pies de la humanidad.
Tomar mi vida para devolverte lo que en mí sembraste.
Partirme para no quedar encerrado y aislado.
Partirme vaciándome y así poder ser.
Partirme celebrando en memoria tuya.
Partirme para que no se haga mi voluntad.
Partirme para desplegarme en tu abundancia.
Repartirme en nuevos sentidos que nunca vi.
Repartirme en los demás y descubrirme cada vez más encendido.
Repartirme sin retener ni especular.
Repartirme hasta esa tierra donde mana leche y miel.
Camino a Jerusalén y cerca de la otra orilla.
(Marcos Alemán, sj)
Que
siempre estemos dispuestos a tomar
la propia vida, partirla sin temores
y repartirla sin condiciones.
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