VIVIR PARA DIOS
Todos los Seres humanos hemos sido llamados a la perfección del
amor, que se consigue en completa donación al Señor, una donación de toda
nuestra persona, con todo lo que somos tanto dentro, como fuera: sentimientos,
alama, vida, pies, manos, sentidos, etc.
Nuestra vida debe ser una continua entrega filial sin reservas,
sin esperar nada a cambio, ni mucho menos que lo que yo haga sea recompensado por
los hombres que me rodean.
Confianza: Debe estar siempre puesta en Dios
y en su palabra, ya que él es nuestro único fin; convenciéndonos cada día que
no caminamos solos ni en tinieblas, él va a nuestro lado dándonos fuerza, haciéndonos
valientes y luchadores para enfrentar cualquier situación que se nos pueda
presentar.
Alegría: Nos debe caracterizar en nuestros
rostros esa paz que viene del corazón y que se trasforma en la alegría que se
puede vivir en comunión de amor y donación generosa en cada día de nuestra vida, convencidos de que Dios quiere que nos dejemos llenar de él,para irradiarlo a los demás.
Libertad: Dios nos conoce muy bien y nos
regala la capacidad para elegir entre estar con él o estar en cosas que nos ofrece el mundo, por
eso este criterio de discernimiento es fundamental ya que me pone en la balanza de reconocer que es lo que más tiene peso cuando
trato de ser feliz.
Que esta pequeña reflexión nos anime desde el corazón para dar
una respuesta de amor al mismo amor.
Diana
Gómez
Novicia
MAR
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