LECTIO DIVINA, OCTAVA DE NAVIDAD CICLO C, SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS (2, 41-52), FIESTA DE LA SAGRADA FAMILIA
“La familia es una obra de arte y requiere artistas
que la realicen; es un tejido muy sutil, elaborado con hilos finos y preciosos,
y requiere manos expertas e inspiradas”
ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO (de San Agustín)
Espíritu Santo, inspíranos, para que pensemos santamente.
Espíritu Santo, incítanos, para que obremos santamente.
Espíritu Santo, atráenos, para que amemos las cosas santas.
Espíritu Santo, fortalécenos, para que defendamos las cosas santas.
Espíritu Santo, ayúdanos, para que no perdamos nunca las cosas santas.
Espíritu Santo, inspíranos, para que pensemos santamente.
Espíritu Santo, incítanos, para que obremos santamente.
Espíritu Santo, atráenos, para que amemos las cosas santas.
Espíritu Santo, fortalécenos, para que defendamos las cosas santas.
Espíritu Santo, ayúdanos, para que no perdamos nunca las cosas santas.
CONTEXTO
En el contexto de la octava
de navidad, la iglesia nos presenta la festividad de la Sagrada Familia, una
familia como cualquier otra, que pasó penurias de toda clase, pero en esta
familia se encontraba el Hijo de Dios, es una familia que siempre cumplía con
las costumbres de la época y con la ley del Señor, pero sobre todo siempre
hacia la voluntad de Dios, María desde su hágase en mí y José desde su sí
silencioso a la voz de Dios.
TEXTO
Del
santo Evangelio según san Lucas (2, 41-52)
Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén por las fiestas de
Pascua. Cuando Jesús cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre
y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin
que lo supieran sus padres. Éstos, creyendo que estaba en la caravana, hicieron
una jornada y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; al no
encontrarlo, se volvieron a Jerusalén en su búsqueda. A los tres días, lo
encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y
haciéndoles preguntas; todos los que le oían quedaban asombrados de su talento
y de las respuestas que daba. Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su
madre: “Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Mira que tu padre y yo te buscábamos
angustiados”. Él les contesto: “¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que yo debía
estar en la casa de mi Padre?” Pero ellos no comprendieron lo que quería decir.
Él bajó con ellos a Nazaret y siguió bajo su autoridad. Su madre conservaba
todo esto en su corazón. Y Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en
gracia ante Dios y los hombres.
¿QUÉ DICE EL
TEXTO?
El evangelio nos presenta a la familia de Nazaret, conformada por María, José y Jesús, cumpliendo con las costumbres de
su pueblo, a la vez nos deja ver que Jesús
fue educado como cualquier otro niño en su tiempo y la preocupación de
cualquier padre al darse cuenta de que un hijo no está con ellos, aún más si se
trata de un hijo pequeño, pero también el Evangelio nos presenta la primera
iniciativa de Jesús de anunciar el Reino
de Dios al contestar a sus padres; “¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo
debía estar en la casa de mi Padre?”, a pesar de esta respuesta que el niño
Jesús dirige a sus Padres regresa con ellos a Nazaret y continua bajo la
autoridad de José y María.
¿QUÉ ME DICE EL
TEXTO?
Contemplando a José y a María presurosos en busca
de Jesús, me siento invitada a tomar una actitud de búsqueda constante de Jesús
en cada momento de mi vida, no solo cuando me vea alejada de Él, o cuando las
circunstancias de la vida alejan mi corazón de su presencia, me invita a que
esta búsqueda sea sin descanso, ni fatiga, mucho menos dejarme vencer por la
desesperación sino buscar hasta hallarlo.
Contemplo al niño Jesús en su iniciativa, en ocuparse
de las cosas de su Padre, me cuestiona sobre mi compromiso como bautizada, como
perteneciente a su Iglesia universal, como hija, como hermana y también como
miembro de una comunidad religiosa. Me cuestiona sobre mis iniciativas en
ocuparme y comprometerme en las cosas que ayuda extender el Reino de Dios en el
mundo.
También contemplo a María cuestionando la actitud
de Jesús y recibe una respuesta que no comprende, pero guarda o medita en su
corazón, esta actitud de María me invita aunque en muchos momentos no comprenda
las respuesta a interrogantes e inquietudes de mi vida o de situaciones, sepa
llevarlo al corazón para meditarlo en su presencia y así descubrir su voluntad.
¿QUÉ LE DIGO YO A
DIOS?
Señor
cuantas veces te he perdido por mi orgullo, por pensar que puedo con mis
propias fuerzas, por mi falta de humildad en reconocer mis errores y faltas
cometidas, te he perdido, no porque tú me hayas dejado, sino porque yo te he
dejado en segundo lugar en mi corazón y en mi mente, te he perdido y te pierdo
cuando no pongo todos mis proyectos en tu presencia, cuando en el diario vivir
no me acuerdo de ti, perdóname Señor por las veces en las que he sido tardo en
regresar a ti.
Hoy
quiero Señor salir corriendo a buscarte como tus padres que apenas se dieron
cuenta de tu ausencia no dudaron en desandar el camino hecho, que sepa yo caminar
junto a ellos devolver sobre el camino recorrido sin ti para invitarte a que
camines junto a mí para que todo lo que haga sea contigo y que seas tú el
principal caminante y constructor de nuevas sendas en mi vida, aunque no
comprenda en el momento las respuestas a muchas de mis preguntas, pero sé que
cuanto con la guía maternal de tu dulce Madre que supo acoger la voluntad de
Dios en su vida aunque no comprendía y las meditaba en su corazón.
ORACIÓN SAGRADA
FAMILIA
Sagrada
Familia de Jesús, María y José, quiero pedirles por todas las familias,
especialmente por aquellas que se encuentran rotas por diferentes situaciones
que no les permiten convivir unidos y en paz, para que puedan fijar su mirada y
su corazón en cada uno de ustedes pero principalmente en Jesús hecho niño, que
puedan comprender que una familia es sagrada cuando reciben verdaderamente a
Jesús en su familia, cuando el lenguaje es el amor y la comprensión, que es
sagrada no por la ausencia de dificultades sino afrontar las dificultades y los
problemas en unidad y sobre todo en tratar de acoger siempre la voluntad de
Dios en sus vidas y en su proyecto familiar. Ámen.
Cruz Ájpacaja
Novicia MAR
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