MANOS ABIERTAS
Unas
manos abiertas son signo de acogida y de disponibilidad, pero ¿qué debo acoger?
Acoger los buenos deseos de los demás, las oportunidades que la vida trae, las personas que me ayudan a crecer, el amor y cariño de mi familia, las leyes
que me lleven a la sana convivencia en el medio que me desenvuelvo, las dificultades que también son experiencias en la vida, el aprendizaje que me dejan las malas
decisiones, etc.
Sin embargo, lo
más importante en la vida, tanto personal, familiar, comunitario, social y sobre
todo en la vida espiritual es: acoger a Dios; su amor y su voluntad es lo que
verdaderamente le dará sentido a todo lo que haga, acoja y ame.
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