El hombre fue creado para vivir en comunidad y no
solo, no se puede vivir de forma aislada todos necesitamos una comunidad.
Cristo eligió una comunidad para vivir los tres años de su ministerio, aunque
también buscaba momentos de estar solo. El papa Francisco dice que “Estamos llamados a vivir los unos con los
otros, por los otros y en los otros” y es una invitación para cada una de
nosotros como constructores del Reino.
Además, San Agustín insistía con mucha frecuencia en el sentido de
fraternidad que lleva a vivir en la comunidad religiosa como forma concreta de
existencia cristiana. Y se da cuenta de la identidad propia de estas fraternidades
cristianas, diferentes de cualquier otra asociación, al añadir en el texto de
Hechos 4, 32, la motivación del "tener un alma sola y un solo corazón en
Dios. Su preocupación central se concretará en, una vez abandonada toda
esperanza terrena, "... dedicarnos totalmente a la búsqueda de Dios y la
vida feliz" (Confesiones 6, 11, 19).
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