EL PECADO ME ALEJA DE DIOS
Queridos
lectores les seguimos compartiendo diferentes reflexiones para seguir preparándonos en este camino cuaresmal, y así acompañar a Jesús en la semana
santa.
Pecado.
Siempre que hablo del pecado, sobre todo del pecado mortal, viene a mi mente el
triste recuerdo de una tragedia que presencié un día. Un niño de unos tres años
corría por el césped del jardín de su casa, perseguido por su madre: "¡Ven
aquí, Jimmy!", gritaba ésta. "¡No atravieses el seto!". Pero
Jimmy no le hizo ningún caso. Traspasó el seto y sorteó hábilmente los
automóviles estacionados en la calzada, hasta que un coche que pasaba le lanzó
por los aires. Su cuerpecillo roto fue a caer casi en brazos de su madre.
Dejando
aparte el hecho de que Jimmy era demasiado joven para responder de sus actos,
la escena recuerda mucho la actitud de Dios con los pecadores. "¡Ven aquí,
ven aquí!", grita ansiosamente, con su gracia, cuando un alma corre hacia
el pecado. Pero el pecador, ajeno a todo lo que no sea su deseo, hace oídos
sordos a la voz de Dios y sale voluntariamente al encuentro de la muerte. La
estupidez es un elemento siempre presente en el pecado.
Señor,
no quiero ofenderte, pero a veces me olvido de Ti y, cuando llega el momento me
vence la estupidez. Perdona, Señor, desde ahora con tu gracia odiaré el pecado,
también los pequeños, y te pediré perdón por ellos en la confesión.
Yessica Victoria,
Novicia MAR
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