TIEMPO ORDINARIO
EL TIEMPO ORDINARIO ES UN TIEMPO DE VIVIR EL
MISTERIO DE LA SALVACIÓN DE MANERA PASIVA
Después del tiempo de navidad que ha sido un tiempo
fuerte y de mucha alegría en nuestra vida, entramos al tiempo ordinario, dentro
de la liturgia “Ordinario” no significa
de poca importancia, sencillamente, con este nombre se le quiere distinguir de
los “tiempos fuertes”, pero no deja de ser un tiempo importante en nuestra vida
como cristianos, solamente cuando se comprende que el Tiempo ordinario
es un tiempo imprescindible, porque en ella vemos a un Cristo ya maduro,
responsable ante la misión que le encomendó su Padre, le vemos crecer en edad,
sabiduría y gracia delante de Dios su Padre y de los hombres, le vemos ir y
venir, desvivirse por cumplir la Voluntad de su Padre, brindarse a los
hombres…así también nosotros en el
Tiempo Ordinario debemos buscar crecer y madurar nuestra fe, nuestra esperanza
y nuestro amor, y sobre todo, cumplir con gozo la Voluntad Santísima de Dios.
Esta es la gracia que debemos buscar e implorar de Dios durante este Tiempo
Ordinario.
Ahora bien, la peculiaridad del Tiempo ordinario no
radica en acontecimiento especifico de nuestra salvación, sino en el que los
domingos guardan una relación especial entre sí en torno a un aspecto
determinado del misterio de Cristo y el itinerario de la misión de Jesús en
anunciar el Reino de su Padre..
“En ti vivimos, nos
movemos y existimos; y todavía peregrinos en este mundo, no sólo
experimentamos las pruebas cotidianas de tu amor, sino que poseemos ya en prenda
la vida futura, pues esperamos gozar de la Pascua eterna, porque tenemos las
primicias del Espíritu por el que resucitaste a Jesús de entre los muertos”.
CRUZ M. AJPACAJÁ
Novicia MAR
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