Dios juega el partido de mi vida.
Quisiera compartir en esta ocasión una reflexión que hice a raíz de una homilía que escuché de un sacerdote Redentorista.
El padre había
iniciado la homilía hablando de que actualmente hay algunos programas de
televisión que están haciendo un recuento de la historia de los mundiales de
Fútbol y de la participación de Colombia; de los goles que obtuvo, de los
partidos ganados y los no ganados, en fin, todo un paseo por las victorias
futbolísticas del ya mencionado país.
Pero la homilía no se
trató solamente de esto, no. El padre utilizó esta imagen y al mismo tiempo
pedagogía deportiva para referirse a la vida como un partido de fútbol en el
que Dios es también un jugador y va haciendo anotaciones y ¿cuáles son esas anotaciones?
Las maravillas que Dios va obrando en la historia de la persona.
Esas palabras quedaron
muy grabadas en mi cabeza y en el corazón. Pienso que sí es posible ver la vida
como un juego de fútbol en el que Dios juega y lo hace como el mejor jugador de
la historia.
Así como los medios de
comunicación nos ofrecen un recuento histórico de los mundiales de fútbol así
mismo debo hacer yo con mi vida y darle una mirada a todos esos grandes
partidos que he jugado con Dios; tener una mirada agradecida y ver el paso de
Dios en mi historia personal, ver todas las bendiciones que me ha regalado,
agradecerle cada dificultades porque de ellas muy seguramente algo tuve que
aprender y por lo tanto eso me hizo crecer.

Para algunos puede
parecer tonto o extraño hacer esta comparación pero a mí me parece una
pedagogía muy práctica, muy acertada y sobre todo muy actual. Ahora que la
fiebre del mundial está de moda es bueno aprovechar y pasar este interés por el
deporte a nuestra vida, mirar el paso de Dios en ella y con un corazón
agradecido dejar que Dios juegue en el partido de mi vida siempre.
Jasmeiry De La Cruz
Novicia MAR
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