Clausura del semestre en el CER.


El pasado martes 29 de mayo fue la clausura de semestre en el Centro de Estudios Religiosos (CER) y para ello se tuvo una peregrinación al cerro de Monserrate, donde se encuentra el Santuario del Señor Caído de Monserrate en Bogotá. Tuvimos como punto de partida al inicio del sendero peatonal, allí nos congregamos casi en su totalidad todos los que estudiamos el semestre, iniciamos la caminata aproximadamente a las 8:00 a.m. En esta caminata tuvimos tres estaciones en las que fuimos pidiendo y orando  por las situaciones que enfrentan los jóvenes en todo el mundo.
En la primera estación oramos por los jóvenes de los continentes  de América y Europa a cargo de algunos formandos.

La segunda estación se realizó cerca de la mitad del recorrido, pedimos y oramos por los jóvenes de los continentes de África y Asia, al igual que la primera fue dirigida por algunos formandos.
A lo largo del recorrido a pesar del esfuerzo y del cansancio que generaba subir escalón tras escalón, fuimos compartiendo entre todos temas diversos según iban resultando, también habían unos compañeros que animaban con bromas a los que venían más atrás, con todo esto se hacía amena y la vez divertida la subida.
Cuando llegamos finalmente al Santuario (que era la meta a la que aspirábamos) tomamos un poco de aire y descansamos unos minutos. A las 10:00 a.m. tuvimos la celebración de la Eucaristía. Durante la homilía el padre que presidio nos invitaba a ser perseverantes en nuestro llamado y vocación a la vida religiosa consagrada.

Antes de la bendición final, los formandos encargados de la tercera estación, la realizaron en ese momento invitándonos a orar y a pedir por la situación de migración en Oceanía y en todo el mundo.
Finalizada la Eucaristía tuvimos un espacio de dinámicas y recreación al frente del Santuario, luego buscamos un lugar adecuado para poder almorzar. Después de haber recobrado fuerzas con el almuerzo nos dispusimos a emprender el viaje de descenso ya para retirarnos a nuestras respectivas comunidades.
Fue un día de mucho compartir fraterno, en el que pudimos interactuar y conocernos unos con otros, sentir que en el camino no vas solo, sino que hay algunos delante de ti, otros detrás y otros a tu lado. Fue una experiencia en la que pudimos valorar la riqueza de dones que tiene la Iglesia en la diversidad de carismas que existen en la vida religiosa.


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