FIESTA DE SAN ANDRÉS, APÓSTOL DE JESÚS
“Yo te venero, oh Cruz santa,
que me recuerdas la Cruz donde murió mi Divino Maestro” (S. Andrés, camino al
martirio).
Andrés, discípulo de Juan
Bautista, evangelizador de los griegos, patrono del patriarcado ecuménico
ortodoxo de Constantinopla, fue el primer apóstol que recibió la llamada de
Jesús a seguirle.
Nació a principios del siglo I
en Betsaida, Galilea, situada a orillas del lago de Genesaret. Era el hermano
mayor del apóstol San Pedro.
De acuerdo con la tradición,
Andrés, como su hermano Pedro, pidió ser colocado en una cruz diferente a la de
Jesús. En su caso, se trató de una cruz en forma de aspa.
Andrés –indicó el Papa
Benedicto XVI– enseña que «la Cruz, más que un instrumento de tortura», es «el
medio incomparable de una asimilación plena con el Redentor, con el Grano de
trigo caído en la tierra».
«Tenemos que aprender una
lección muy importante –advirtió el Papa–: nuestras cruces alcanzan valor si
son consideradas y acogidas como parte de la cruz de Cristo, si son tocadas por
el reflejo de su luz».
«Sólo por esa Cruz también
nuestros sufrimientos quedan ennoblecidos y alcanzan su verdadero sentido»,
reconoció el Papa.
San Andrés recibió la corona
del martirio en el año 63 en Acaya, Grecia, bajo la persecución de Nerón.
Que el apóstol San Andrés nos enseñe a seguir a Jesús con
prontitud, a hablar con entusiasmo de Él a todos aquellos con los que nos
encontremos, y sobre todo que nos enseñe a cultivar con Él una relación de
auténtica familiaridad, conscientes de que sólo en Él podemos encontrar el
sentido de nuestra vida.
Claudia
Puac
Novicia MAR
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