LAS MATEMÁTICAS DE DIOS
Las matemáticas de
Dios son ilógicas a las de nosotros, o las de nosotros son ilógicas para Dios,
porque una misma ecuación nos da resultados diferentes, por ejemplo: Él divide
7 panes entre 4 mil hombres sin contar mujeres y niños y todavía le quedan 7
canastos de panes, y para nosotros es una ecuación absurda, imposible de llegar
a ese resultado.
Pero ¿a qué nos
invitan estas operaciones de Dios tan incoherentes a primera vista? A
comprender que sus matemáticas siempre nos hablan de la abundancia de su gracia
en nuestra vida; así como dice San Pablo: “donde abundo el pecado, sobre abundo
la gracia”. Es por eso que no podemos compararlas con las matemáticas que hemos
aprendido en la escuela, pero sí podemos aprender estas matemáticas de Dios de
la “sobre abundancia” no solo para convencernos de su gracia sino para ponerlas
en práctica en nuestras vidas, sin abusar de ella justificando nuestros errores
y “metidas de pata” en la vida.
Es cierto que
siempre tendremos la garantía de la gracia de Dios, pero solo depende de cada
uno si la recibe y la pone a producir o se niega a ella.
Comentarios
Publicar un comentario