NAVEGAR EN ALTA MAR
Navegar
en alta mar es una aventura extraordinaria y a su vez desafiante e impetuosa
que despierta todos los sentidos, porque el mar es inmenso, imponente, bello y
peligroso, capaz de devorar a cualquiera que se le enfrente, a la vez es noble;
te conduce a una paz y serenidad en la travesía.
Pero
existen otros mares igual de hermosos como impetuosos a la vez, los cuales son
también una aventura remar por sus aguas, porque solo navegando en alta mar se
descubre las maravillas que se esconden en ella.
Todos
somos invitados a navegar en estos mares que no son más que nuestros sentimientos.
Cuando nos quedamos a la orilla, en los sentimientos ya conocidos, no damos lo
mejor de nosotros, en cambio cuando se adentra en lo más profundo se hace un
ejercicio de conocimiento y reconocimiento de nuevos sentimientos, que llevamos
en lo profundo del corazón, al realizar este viaje a solas se corre el riesgo
de naufragar, por eso es necesario invitar al experto en estas navegaciones: Jesús
de Nazaret, él nos enseñara a llegar al puerto poniendo los pies en la tierra.
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