LECTIO DIVINA DEL XXVI DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO - CICLO C, EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS 16,19-31



INVOCACION AL ESPIRITU SANTO
Espíritu Santo ven a mi mente y a mi corazón.
Solo tú eres el alma de mi alma,
Ilumíname, fortifícame, guíame, consuélame.
Dame a conocer lo que el amor eterno desea de mí.
Dame a conocer lo que debo realizar.
Dame a conocer lo que debo sufrir.
Dame a conocer lo que con silenciosa modestia y en oración, debo aceptar,
cargar y soportar.
Por Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.

CONTEXTO:
En este domingo nos encontramos con una parábola altamente emotiva y, en ciertos momentos, también profundamente dramática. Los personajes principales son dos. Por una parte, aparece un rico que goza espléndidamente de su fortuna. No importa que esta pueda se material, intelectual o religiosa. Probablemente se trate de las tres. Por otra parte, aparece un pobre hambriento, enfermo, abandonado que esta tendido en la puerta (v.20).
TEXTO
Lectura del santo evangelio según san Lucas (16,19-31)


¿QUÉ DICE EL TEXTO?

En el primer momento encontramos dos situaciones que no son nada ajenas a la sociedad actual:
Un rico que vestía de purpura y de lino y que, además hacia fiestas todos los días, también a un pobre llamado Lázaro, era un hombre que siempre estaba a la puerta de la casa del rico, estaba enfermo, solo, y veía lo que hacía el rico, esto lo llevaba a querer comer al menos lo que caía debajo de la mesa.
En un segundo momento dice el texto que Lázaro murió y fue el cielo de la compañía de Dios, también murió el hombre rico, pero este se fue a los tormentos y estando allí ve a Lázaro junto a Abrahán.
En el tercer momento vemos como el rico se arrepiente de lo que había hecho en su vida terrenal y le pide a Abrahán que envíe a Lázaro a donde sus hermanos para que ellos puedan cambiar de vida, pero Abrahán le dice que tienen a Moisés y a los profetas para que escuchen sus Palabras para que ellas puedan iluminar sus vidas.




¿QUÉ ME DICE EL SEÑOR?
En este día el Señor me invita a estar alerta a cada detalle que sucede a mi alrededor, siento que cada persona que está a mi lado es valiosa y muy importante pero muchas veces no soy consciente de ello.
También soy invitada a comprometerme con personas concretas que van por el mundo sin un horizonte y que, así como Lázaro están a la puerta esperando que yo les abra el corazón, porque estoy segura que tengo mucho para dar, no materialmente, sino como ser humano.
¿QUÉ LE DIGO YO AL SEÑOR?
Tomad, Señor, y recibid toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad, todo mi haber y mi posee. Vos me lo diste, a Vos, Señor, lo torno; todo es vuestro, disponed a toda vuestra voluntad; dadme vuestro amor y gracia, que esta me basta (San Ignacio de Loyola).


Fuentes:
Libro: Lectio divina para cada día del año. Giorgio Zevini y Giordano Cabra  
Diana Gómez
Novicia MAR





Comentarios

Entradas más populares de este blog

No llores si me amas. Carta de San Agustín a su madre (Santa Mónica).

LECTIO DIVINA- IV DOMINGO DE PASCUA-CICLO B- JUAN 10, 11-18

La Regla de San Agustín, Introducción y comentario de Nello Cipriani, OSA