UN ENCUENTRO DE VIDA
Todo encuentro es el cruce de dos rutas,
de dos itinerarios o interioridades. El hombre busca a Dios, y no puede dejar
de buscarlo. También Dios busca al hombre, porque se siente atraído por él, ya que en las profundas aguas humanas Dios ve reflejada su propia
figura.
Por eso, en el cruce o encuentro de estos
dos ríos se produce el gozo típico de dos naturalezas armónicas que se
encuentran. Es un encuentro vivo, un encuentro de vida, una vida a dos. De
pronto entre los dos surgen desavenencias, incomprensiones, lamentaciones,
quejas mutuas, reconciliaciones, al igual que en la convivencia normal de dos
personas humanas. A pesar de todos estos cambios, los dos vuelven a amistarse,
para seguir juntos, y recorrer, uno al lado del otro, el itinerario de la vida
y de la historia. De esta convivencia, en la fe, nace la amistad entre los dos.
Ítala Salazar.
Novicia MAR.
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