LECTIO DIVINA 17 DE NOVIEMBRE DE 2019 DOMINGO XXXIII. TIEMPO ORDINARIO CICLO C

INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
Ven a mí, Espíritu Santo,
Espíritu de sabiduría:
dame mirada y oído interior
para que no me apegue a las cosas materiales,
sino que busque siempre las realidades del Espíritu.
Ven a mí, Espíritu Santo,
Espíritu de amor:
haz que mi corazón
siempre sea capaz de más caridad.
Ven a mí, Espíritu Santo,
Espíritu de verdad:
concédeme llegar al conocimiento de la verdad
en toda su plenitud.
Ven a mí, Espíritu Santo,
agua viva que lanza a la vida eterna:
concédeme la gracia de llegar
a contemplar el rostro del Padre
en la vida y en la alegría sin fin.
Amén.

CONTEXTO
El pasaje se relaciona con el comienzo del discurso de Jesús sobre el final de los tiempos. El pasaje 21,5-35 es toda una unidad literaria. Jesús se encuentra en Jerusalén, en los atrios del Templo, se acerca la hora de su Pasión. Los Evangelios sinópticos (ver también Mt 24; Mc 13) hacen preceder al relato de la pasión, muerte y resurrección, el discurso llamado “escatológico”. La atención no va puesta sobre cada palabra, sino sobre el anuncio del acontecimiento total. La comunidad de Lucas ya tenía conocimiento de los sucesos relacionados con la destrucción de Jerusalén. El evangelista universaliza el mensaje y pone en evidencia el tiempo intermedio de la Iglesia en espera de la venida del Señor en la gloria.

TEXTO
Lectura del santo evangelio según Lucas (21,5-19)
Como dijeran algunos, acerca del Templo, que estaba adornado de bellas piedras y ofrendas votivas, él dijo: ‘Esto que veis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea destruida’. Le preguntaron: ‘Maestro, ¿cuándo sucederá eso? Y ¿cuál será la señal de que todas estas cosas están para ocurrir?’. Él dijo: ‘Mirad, no os dejéis engañar. Porque vendrán muchos usurpando mi nombre y diciendo: Yo soy y el tiempo está cerca. No les sigáis. Cuando oigáis hablar de guerras y revoluciones, no os aterréis; porque es necesario que sucedan primero estas cosas, pero el fin no es inmediato’ 
Entonces, les dijo: ‘Se levantará nación contra nación y reino contra reino. Habrá grandes terremotos, peste y hambre en diversos lugares, habrá cosas espantosas, y grandes señales en el cielo.  Pero, antes de todo esto, os echarán mano y os perseguirán, entregándoos a las sinagogas y cárceles y llevándoos ante reyes y gobernadores por mi nombre; esto os sucederá para que deis testimonio. Proponed, pues, en vuestro corazón no preparar la defensa, porque yo os daré una elocuencia y una sabiduría a la que no podrán resistir ni contradecir todos vuestros adversarios.  Seréis entregados por padres, hermanos, parientes y amigos, y matarán a algunos de vosotros y seréis odiados de todos por causa de mi nombre. Pero no perecerá ni un cabello de vuestra cabeza. Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas’.
¿QUE DICE EL TEXTO?
Este texto contiene una advertencia: seguir a Jesús, el verdadero Mesías, es una opción muy peligrosa, pues es ir a contramano de la sociedad actual. No se puede servir a Jesús y al mismo tiempo estar al servicio de los valores de esta sociedad consumista y excluyente. El seguimiento de Jesús es un camino que nos puede llevar a la persecución e incluso al martirio. La advertencia va incluso más allá: hasta nuestra familia, aquellos que creemos nuestros incondicionales, van a ponerse en contra de nosotros. Las pequeñas comunidades, que buscan cambiar la situación hacía una sociedad más justa y más humana sufren persecución hasta de sus propios familiares y amigos.

¿QUE ME DICE EL SEÑOR A TRÁVES DEL TEXTO?
En este día Jesús me dice que no tenga miedo de proclamar la Buena Nueva, en esta sociedad en donde reina el consumismo, el individualismo, que no humanidad, que utilizamos la teoría de me sirve lo uso, ya no me sirve lo desecho, en todo esto el Señor me llama a predicar con mi testimonio, que nos ama, que le importante todos los seres humanos, pero sobre todo los más desfavorecidos. Me invita a tener confianza de que no estoy sola él va conmigo, me defiende, y pone en mi boca todo lo que he decir.

 ¿QUE LE DIGO YO A DIOS?
Señor te doy gracias por esta palabra que me ayuda a conocer tu voluntad, te pido fortaleza para ir anunciando tu amor a todos los hermanos, aún en contra de los ideales de la sociedad, te pido que aumentes mi fe, para cada día entregar mi propia vida, siguiendo tus pasos, teniendo la confianza de que estás conmigo, me acompañas y me cuidas.

Diario Bíblico 2019, claretianos.
Yessica Victoria,
Novicia MAR

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