LECTIO DIVINA DOMINGO DE PENTECOSTÉS - CICLO A, EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN 20, 19-23


“Reciban el Espíritu Santo”


INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

CONTEXTO:
A los 50 días de la Pascua (hebreo פסח Pésaj), que significa paso. Los judíos celebraban la fiesta de las siete semanas (Ex 34, 22), que en sus orígenes tenía carácter agrícola. Se trataba de la festividad de la recolección, día de regocijo y de acción de gracias (Ex 23, 16), en que se ofrecían las primicias de lo producido por la tierra. Más tarde, esta celebración se convertiría en recuerdo y conmemoración de la Alianza del Sinaí, realizada unos cincuenta días después de la salida de Egipto. La fiesta de Shavuot es la segunda de las tres fiestas de peregrinaje del judaísmo. El nombre de la festividad tiene su origen en este hecho (Shavuot שבועות plural de Shavúa שבוע, semana.) La festividad conmemora la entrega de la Torah por parte de Dios a Moisés, en el Monte Sinaí.
 TEXTO
Lectura del Santo Evangelio según San Juan 20, 19-23
Al anochecer del día de la resurrección, estando cerradas las puertas de la casa donde se hallaban los discípulos, por miedo a los judíos, se presentó Jesús en medio de ellos y les dijo: “La paz esté con ustedes”. Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Cuando los discípulos vieron al Señor, se llenaron de alegría.
De nuevo les dijo Jesús: “La paz esté con ustedes. Como el Padre me ha enviado, así también los envío, yo”. Después de decir esto, sopló sobre ellos y les dijo: “Reciban el Espíritu Santo. A los que les perdonen los pecados, les quedarán perdonados; y a los que no se los perdonen, les quedarán sin perdonar”. Palabra del Señor.

 ¿QUÉ DICE EL TEXTO?
El domingo de Pentecostés recoge toda la alegría pascual como un haz de luz resplandeciente y la difunde con una impetuosidad incontenible no solo en los corazones, sino en toda la tierra. El Resucitado se ha convertido en el Señor del universo: todas las cosas tocadas por él quedan como investidas por el fuego, envueltas de su luz, se vuelven transparente ante la mirada de la fe.
Sin embargo, no podemos vivir en el Espíritu sino tenemos paz en nuestro corazón y si no nos convertimos en instrumentos de paz entre nuestros hermanos, testigos de la esperanza, custodios de la verdadera alegría.
¿QUÉ ME DICE EL SEÑOR?
Hoy Señor me haces reflexionar que a veces estoy con miedo que me escondo, me encierro en mi misma, pero que si dejo puedes llegar tu a darme la Paz que necesito, y me envías a salir de mi misma, y darme a los demás, con entrega y generosidad, dejando que el Espíritu que has derramado en mí, actué y seas Tú en Mí.
¿QUÉ LE DIGO YO AL SEÑOR?
Aquí me tienes Señor dispuesta a ser enviada, como tú fuiste enviado, me dejo llevar por ti, por tu Espíritu, tu amor y así poder hacer tu voluntad.
Señor, gracias porque nos has enviado el don del Espíritu Santo para que nos vaya condiciendo con amor y alegría en nuestras comunidades. Gracias por darnos estos momentos de gracia entre nuestros hermanos, y por todas las bendiciones que derramas en nuestras comunidades. Por eso te damos gracias. Gracias Señor, gracias Señor.

Lectio Divina para cada día del año (Tiempo de Pascua)
Yessica Victoria, Novicia MAR

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