DIOS LE DA SABOR A MI VIDA
Un cierto día, la profesora, queriendo saber si
todos habían estudiado la lección solicitada, preguntó a los niños quién sabría
explicar quién es Dios. Uno de los niños levantó el brazo y dijo: Dios es
nuestro Padre, Él hizo la tierra, el mar y todo lo que está en ella; nos hizo
como hijos de Él. La profesora queriendo buscar más respuestas fue más lejos.
¿Cómo saben que Dios existe si nunca lo han visto?
La sala quedó toda en silencio. Pedro, un niño muy
tímido, alzó la mano y dijo: Mi madre me dijo que Dios es como el azúcar en mi
leche que ella hace todas las mañanas. Yo no veo el azúcar que está dentro de
la taza de leche, pero si ella no pone el azúcar, la leche queda sin sabor.
Dios existe y está siempre en medio de nosotros, sólo que no lo vemos. Pero si
Él no está, nuestra vida queda sin sabor. La profesora sonrió y dijo: Muy bien
Pedro, yo os he enseñado muchas cosas, pero tú, Pedro, me has enseñado algo más
profundo que todo lo que yo ya sabía. Ahora sé que Dios es nuestra azúcar y que
está todos los días endulzando nuestras vidas.
Le dio un beso y salió sorprendida con la respuesta
de aquel niño.A veces, razonar la existencia de Dios no consiste en
proporcionar grandes explicaciones o demostraciones complejas. La sabiduría no
está en el conocimiento, pues teorías existen muchas, pero dulzura como la de
Dios no existe todavía ni en los mejores azúcares.
Yessica
Victoria, Novicia MAR
Comentarios
Publicar un comentario