4. VIVIR LA COMPASIÓN EN LAS TENSIONES FAMILIARES
Es
patente para todos cómo han aumentado las tensiones al interior de la familia.
Incluso aquellas en que los esposos se llevan bien y mantienen una muy buena
relación con los hijos. Están más ajetreados y estresados, puesto que las
características de la nueva realidad conllevan una serie de exigencias, no
solamente novedosas, sino bastante más difíciles de cumplir.
Vivir
la compasión nos lleva a querer lo bueno y mejor para el otro. Mirar a la otra persona como un sujeto de mi
amor, alguien que debo amar y por quien debo preocuparme. No frustrarme si este
o aquél familiar no hace lo que me gustaría, sino pensar cómo puedo hacer para
ayudarlo en esa determinada dificultad.
Al
final, ayudarlo a él, significa también ayudarme a mí mismo. Ambos vivimos
juntos, y ambos somos responsables del hogar. Más vale el amor, que la amargura
y toda suerte de negativismo. A nadie le gusta vivir con alguien que
está todo el tiempo reclamando y quejándose de todo y por todo.
La
primera persona, por quien debes empezar a vivir la compasión, es contigo
mismo. Solemos ser bastante impacientes con nosotros mismos. Vivimos una
constante exigencia, e incluso, no nos perdonamos si cometemos algún error o no
hacemos las cosas como nos gustaría. Debemos saber querernos y perdonarnos.
Espero
que estos consejos te ayuden realmente a que puedas tener días más llevaderos y
te permitan un día a día más alegre con tus familiares.
Diana Gómez
MAR
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