CAMINO DE SANTIDAD EN LA FAMILIA

El pequeño camino de santidad propuesto por Teresa de Lisieux está en disposición de manera concreta de la realidad familiar, ya que no se destacan los medios extraordinarios ni los fenómenos sensibles, sino la misericordia de Dios como Padre.

No se trata aquí de subir la ruda escalera de la perfección, sino de tomar el ascensor del amor que son los brazos de Jesús y dejarse llevar por Él hasta el Padre.

Las debilidades y fracasos no conducen a la desesperación, ya que son ocasiones de dejarse inundar con la misericordia divina, siguiendo el ejemplo del hijo pródigo. Salimos de la dificultad de nuestra impotencia por la confianza en la intervención amorosa de Dios.

Este pequeño camino de confianza y de santidad es liberador para las familias, porque favorece la aceptación de nuestros límites ante la mirada de un Dios Padre que nos ama como sus hijos.

Sucede con frecuencia que nos asombramos ante las bellezas que se encuentran en lugares lejanos, pero, ¿vemos las que nacen en el interior mismo de las casas y que están alrededor de la mesa?

Cuando Teresa escribe que basta con «soportar con paciencia las propias imperfecciones», traza todo un programa para las parejas y las familias en las que la escucha, el respeto, la confianza y un buen sentido del humor se valorizan. Este amor familiar mutuo comienza con el perdón que los padres se deben dar a ellos mismos.


Fuente: https://reflexionescatolicas.org/amor-familiar/
Yessica Victoria, Novicia MAR

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