DANOS FE SEÑOR
La fe verdadera
consiste en “creer lo que no se puede ver”. Y los apóstoles no veían más
allá de un hombre que hacía cosas extraordinarias, algunas de las cuales no
eran capaces de entender. La fe les invitaba a ir más allá, a experimentar la
presencia de Dios en aquel hombre. Algo similar sucede con las relaciones
humanas. Podemos demostrar que dos mas dos son cuatro, pero ¿cómo demostrar la
amistad o el amor entre dos personas? Ahí no nos podemos servir más que de
indicios, de pistas, simplemente confiar.
Dicho con un
ejemplo, cuando dos enamorados se miran a los ojos y se dicen que se quieren,
cada uno de ellos cree al otro porque la verdad es que no tienen una prueba
fehaciente de que esas palabras sean algo más que palabras. Es lógico que al
hablar de la fe, siendo esta una realidad espiritual, no se la puede medir con
algo material, como es un grano de mostaza. Se trata de una expresión
analógica, para indicar la mínima cantidad.
Desgraciadamente no
sería la primera vez que una persona engaña a otra. Por eso, de entrada toda
relación humana es siempre una relación de fe, de confianza. Confiamos en que
el otro no nos engaña. Creemos en él.
Fuente: https://reflexionescatolicas.org/aumentanos-la-fe/
Yessica Victoria, Novicia MAR
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