LECTIO DIVINA PARA El 4 DE OCTUBRE DE 2020 DOMINGO XXVII TIEMPO ORDINARIO CICLO A.
«A
MI HIJO LO RESPETARÁN»
INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
CONTEXTO:
Esta es la segunda de tres parábolas
consecutivas con las cuales Jesús, al día siguiente de la entrada mesiánica en
Jerusalén, les responde a los líderes del pueblo judío (sumos sacerdotes y
ancianos, y también el movimiento fariseo; ver 21,23.45; 22,15) sobre su
autoridad, que –en pocas palabras- es el sentido de su venida por parte de Dios
y la respuesta positiva que espera que le den.
La primera parábola es la de “los dos
hijos” (21,28-32), que enfatiza la obediencia para ir a trabajar en la viña; en
ella se acentuaba que “los publicanos y las prostitutas llegan antes al Reino
de Dios”. En esta segunda parábola (21,33-44) se entabla un juicio de
responsabilidad no sólo por no escuchar a los profetas y al Hijo sino por el
asesinato; en consecuencia: “Se os quitará el Reino de Dios para dárselo a un
pueblo que rinda sus frutos”.
Frente a Jesús están los
representantes del pueblo judío, quienes comprenden que la parábola es para
ellos (ver los vv.45-46, que la liturgia dominical omite). Sin embargo, los
lectores de Mateo son los cristianos de su comunidad. También la Iglesia
escucha esta parábola como un llamado de atención a ella.
TEXTO
Del Evangelio según san Mateo 21, 33-43
¿QUÉ DICE EL TEXTO?
La religión
que mata o permite guerras en nombre de Dios, no es exactamente
"religión", religación a Dios. Por eso esta es una parábola que debe
leerse clara y contundentemente contra los fundamentalismos religiosos que
amenazan tan frecuentemente a los pueblos y a las culturas. No hay apologética
capaz de defender a "nuestro Dios" con la muerte de los otros, porque
en todos esos asesinados, Dios mismo está muriendo. Y si Jesús fue eliminado,
creyendo los dirigentes que daban gloria a su Dios, se encontraron con que esa
muerte se ha convertido en la "piedra angular" de una religión nueva
de amor y de paz. Y los asesinos fundamentalistas, pues, quedarán sin Dios y
sin religión.
¿QUÉ ME DICE EL SEÑOR?
Hoy el Señor me dice que en nos mandó a su hijo, y me hace preguntarme como lo recibo con amor para entregarle aquello que su Padre me ha encomendado, o pienso matarlo con mi indiferencia, mi rechazo para no entregar lo que me fue prestado.
¿QUÉ LE DIGO YO AL SEÑOR?
Señor dame la gracia de recibir a tu hijo con amor y darle todo aquello que me has encomendado, reconociendo con humildad que lo que tengo no es mío, sino que tú eres quien me lo has prestado, y que me pedirás cuentas de ello.
Fuentes: https://www.oblatos.com/lectio-octubre-4-de-2020/
https://www.dominicos.org/predicacion/homilia/4-10-2020/lecturas/
Yessica Victoria, Novicia MAR
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