LECTIO DIVINA DOMINGO XXXll DEL TIEMPO ORDINARIO-CICLO A, EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 25,1-13

“Llega el esposo, salgan a su encuentro”

INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

Ven a mí, Espíritu Santo, 
Espíritu de sabiduría: 
dame mirada y oído interior 
para que no me apegue a las cosas materiales, 
sino que busque siempre las realidades del Espíritu.

Ven a mí, Espíritu Santo, 
agua viva que lanza a la vida eterna: 
concédeme la gracia de llegar 
a contemplar el rostro del Padre 
en la vida y en la alegría sin fin. 
Amén.

CONTEXTO:

Queridos hermanos, en este domingo estamos invitados a renovar la pasión y el compromiso con que estamos viviendo nuestras vidas, ya que en momentos podemos perder ese vigor y esa entrega que nos debe caracterizar a todos los cristianos y nos parecemos a las vírgenes necias que se cansaron de estar atentas para mantener la vida y la alegría, por eso, el aceite de una vida con sentido comienza a escasear y la llama de la lámpara de nuestra vocación se comienza a apagar poco a poco, está en nuestras manos mantenerla viva y ardiente.

Santo Evangelio según Mateo 25, 1-13

Jesús dijo esta parábola a sus discípulos: «El reino de los cielos se parecerá a diez doncellas que tomaron sus lámparas y salieron a esperar al esposo. Cinco de ellas eran necias y cinco eran sensatas. Las necias, al tomar las lámparas, se dejaron el aceite; en cambio, las sensatas se llevaron alcuzas de aceite con las lámparas. El esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron. A medianoche se oyó una voz: ‘¡Que llega el esposo, salid a recibirlo!’ Entonces se despertaron todas aquellas doncellas y se pusieron a preparar sus lámparas. Y las necias dijeron a las sensatas: ‘Dadnos un poco de vuestro aceite, que se nos apagan las lámparas’. Pero las sensatas contestaron: ‘Por si acaso no hay bastante para vosotras y nosotras, mejor es que vayáis a la tienda y os lo compréis’. Mientras iban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas, y se cerró la puerta. Más tarde llegaron también las otras doncellas, diciendo: ‘Señor, señor, ábrenos’. Pero él respondió: ‘Os lo aseguro: no os conozco’. Por tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora.

¿QUÉ DICE EL TEXTO?

• Mateo 25,1b-4: Las diez vírgenes preparadas para aguardar al novio. La parábola empieza así: “El Reino del Cielo es como diez vírgenes que prepararon sus lámparas y salieron al encuentro del novio”. Se trata de muchachas que debían acompañar al novio para la fiesta de la boda. Para esto, ellas debían llevar consigo las lámparas, sea para iluminar el camino, sea para iluminar la fiesta. Cinco de ellas eran prudentes y cinco eran sin fundamento. Esta diferencia aparece con claridad en la manera en que se preparan para la función que recibirán. Junto con las lámparas encendidas, las previdentes llevaron consigo también una vasija de aceite de reserva. Se preparaban para cualquier eventualidad. Las vírgenes sin fundamento se llevaron sólo las lámparas, sin pensar en llevarse un poco de aceite de reserva.

• Mateo 25,5-7: El retraso no previsto de la llegada del novio. El novio se demora. No había una hora determinada para que llegara. En la espera, el sueño se apodera de las muchachas, sin embargo, las lámparas siguen gastando aceite e se van apagando poco a poco. De repente, en medio de la noche, se oye un grito: “¡Ya está aquí el novio! ¡Salid a su encuentro!”. Todas ellas despiertan y empiezan a preparar las lámparas que ya estaban casi al final. Debían de poner el aceite de reserva para evitar que las lámparas se apagaran.

• Mateo 25,8-9: Las diversas reacciones ante la llegada atrasada del novio. Solamente ahora las necias se dan cuenta de que olvidaron llevar consigo el aceite de reserva. Fueron a pedir aceite a las prudentes: “Dadnos de vuestro aceite, que nuestras lámparas se apagan”. Las prudentes no pudieron atender este pedido, pues en aquel momento lo que importaba no era que las prudentes compartieran su aceite con las otras, sino que estuvieran listas para acompañar al novio hasta el lugar de la fiesta. Por esto aconsejan: ‘es mejor que vayáis donde los vendedores y os lo compréis.'

• Mateo 25,10-12: El destino de las vírgenes prudentes y de las necias. Las necias siguen el consejo de las prudentes y van a comprar aceite. Durante esta breve ausencia de la compra llega el novio y las prudentes pueden acompañarlo a la fiesta de las bodas. Y la puerta se cierra detrás de ellas. Cuando llegan las otras, llaman a la puerta y piden: “¡Señor, Señor, abre la puerta para nosotras!” Y reciben la respuesta: “En verdad os digo que no os conozco”.

• Mateo 25,13: La recomendación final de Jesús para todos nosotros. La historia de esta parábola es muy sencilla y la lección es evidente. “Velad, pues, porque no sabéis, ni el día, ni la hora”.

¿QUÉ ME DICE EL SEÑOR?

Hoy descubro una llamada grande del Señor en la cual me invita a no ser superficial, a mirar más allá del momento presente, tratando de descubrir el llamado de Dios hasta en las mínimas cosas de la vida, hasta en el aceite que falta en la lámpara.

¿QUÉ LE DIGO YO AL SEÑOR?

Te doy gracias Señor por iluminar mi camino, por permitirme descubrir que en muchas ocasiones soy una de las prudentes, que estoy esperando tu llegada con todo el corazón.

Te pido perdón, ya que en ocasiones soy una de las necias, me dejo ganar por la pereza, el miedo y el egoísmo y no acepto todo lo bello que tú me brindas.

Fuente: https://ocarm.org/es/content/lectio/lectio-divina-mateo-251-13

Libro: minutos de amor

Diana Gómez

MAR

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