SÓLO DIOS BASTA
No quieras que te llene nada
que no sea Dios. No desees gustos de Dios. No desees tampoco entender de Dios
más de lo que debes entender. La fe y el amor serán los lazarillos que te
llevarán a Dios por donde tú no sabes ir. La fe son los pies que te llevan a
Dios al alma. El amor es el orientador que la encamina (San Juan de la Cruz, Cántico espiritual, 1,
11).
Dios solo basta para colmar nuestros
deseos: Más grande es Dios que nuestro corazón (1Jn 3, 20). Por eso dice
Agustín en el libro primero de las Confesiones: “Nos has hecho, Señor, para ti,
y nuestro corazón está intranquilo hasta que descanse en ti” (Santo Tomás, Sobre la caridad, 1.
c., p. 206).
Aunque no se dijera
absolutamente nada más en las páginas de las Sagradas Escrituras y solamente
oyéramos de boca del Espíritu Santo que Dios es amor, nos bastaría (San
Agustín, Comentario a la 1ª Epístola de S. Juan, 7).
Nada te turbe,
nada te espante,
todo se pasa,
Dios no se muda,
la paciencia todo lo alcanza;
quien a Dios tiene
nada le falta:
sólo Dios basta.
(Santa Teresa, Poesías
VI, p. 1123).
Diana Gómez
MAR
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