LECTIO DIVINA PARA 14 DE FEBRERO DE 2020 DOMINGO VI DEL TIEMPO ORDINARIO-CICLO B
«La lepra se le quitó, y quedó limpio»
INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
CONTEXTO:
El relato que leemos en este domingo, el último de la serie de milagros
inaugurales,
presenta a Jesús en el máximo de su reconocimiento en Galilea: “Acudían
a él de todas partes” (1,45).
Precisamente uno que viene donde Jesús, acercándose de forma imprudente,
es un leproso.
El relato está lleno de emociones, construido a partir de movimientos,
con fuertes
contraposiciones coloreadas con ricas evocaciones simbólicas. La emoción
se siente de comienzo a fin.
El relato se va moviendo pausada y gradualmente hacia el momento cumbre
en el que aquel había sido marginado convoca, con el testimonio de su curación,
la Galilea entera ante el Maestro Jesús.
La obra de Jesús es insuperable: sea por la grandeza de la obra que
realiza como por la multitud de personas que atrae. El Hijo de Dios supera a
los grandes hombres de Dios que conocíamos en el Antiguo Testamento.
TEXTO
Del Evangelio
según san Marcos 1, 40-45
En
aquel tiempo, se acercó a Jesús un leproso, suplicándole de rodillas:
«Si
quieres, puedes limpiarme».
Compadecido, extendió la mano y lo tocó diciendo:
«Quiero:
queda limpio».
La
lepra se le quitó inmediatamente y quedó limpio. Él lo despidió, encargándole
severamente:
«No
se lo digas a nadie; pero para que conste, ve a presentarte al sacerdote y
ofrece por tu purificación lo que mandó Moisés, para que les sirva de
testimonio».
Pero
cuando se fue, empezó a pregonar bien alto y a divulgar el hecho, de modo que
Jesús ya no podía entrar abiertamente en ningún pueblo; se quedaba fuera, en
lugares solitarios; y aun así acudían a él de todas partes.
¿QUÉ DICE EL TEXTO?
En este texto la Lepra representa uno o más problemas y de cualquier
índole en nuestra vida, con los cuales llevamos poco o mucho tiempo, y el caer
de rodillas es cuando finalmente tocamos fondo y no encontramos nada más que
ponernos en manos del Señor y decir: “Si quieres, puedes purificarme”, lo
humanamente posible lo hemos agotado y es entonces donde entendemos más los
planes del Señor y, es su voluntad y no la nuestra lo que determina lo que
sigue. ¿Comprendo que Dios me ha dado la vida, un plan y misión donde hay
alegrías y tristezas, así como le sucedió a Jesucristo?; mis lepras siempre
tienen solución ya sea a corto o largo tiempo, es cierto que podemos ayudar,
buscar soluciones, pero sólo Dios sabe el momento justo para actuar.
¿QUÉ ME DICE EL
SEÑOR?
Hoy el Señor en su
Palabra me presenta la humildad del leproso, que se acerca a decir si quieres, poniéndose
en las manos dejando que el Señor haga su voluntad, aun en medio del dolor
confiando en el Señor.
¿QUÉ LE DIGO YO AL
SEÑOR?
Señor dame la gracia de
aun en el dolor tener confianza en ti, poniendo en tus manos mi vida y sobre
todo querer hacer tu voluntad, lo que tu quieres para mi. Señor que cada día y
momento te diga “Si tu quieres”
Fuentes: http://www.homiletica.org/fidelonoro/fidelonoro0052.pdf
Yessica Victoria, Novicia
MAR
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