FIESTA DE LA TRANSFIGURACIÓN DEL SEÑOR



Celebramos hoy en la Iglesia Católica la fiesta de La Transfiguración del Señor.  Un evento narrado en los evangelios sinópticos según san Mateo,​ san Marcos​ y san Lucas, en el que Jesús se transfigura y se vuelve radiante en gloria divina sobre una montaña en el momento en que rezaba.

La Transfiguración es también una transformación de algo o alguien. Que  implica un cambio de forma, de tal manera que revela su verdadera naturaleza.

Veamos que nos dice Mateo 17,1-9.

    

 En este texto quisiera resaltar tres  aspectos que nos puede servir  para confrontarlos con nuestra propia vida:

Primero: Encontramos a Jesús que  irradia con luz propia cuando reza, ¿pasará eso mismo con nosotros? Cuando hacemos oración ¿se notará que cambiamos de forma?
Segundo: Vemos la actitud de Pedro que quiere impedir el sufrimiento de Jesús queriendo quedarse en la montaña, ¿cuántas veces no nos pasa esto en nuestra vida, que cuando estamos bien en un lugar no quisiéramos que nos cambiarán? O cuando nos encontramos en una dificultad ¿lo aceptamos fácilmente o intentamos evitarlo?
Tercero: La voz que sale de la nube que dice: este es mi hijo amado, escuchadle ¿será que esta expresión aún nos lo dicen a nosotros o sólo fue a Pedro, Santiago y Juan? ¿Sabemos escuchar la voz de Cristo y lo que nos pide a través del evangelio?
No cabe duda que no podemos tener Gloria si no aceptamos la cruz de cada día, porque si Jesús hubiese aceptado la opinión de Pedro no hubiera muerto en la cruz y tampoco  tuviéramos salvación.
Es necesario que bajemos de la montaña para enfrentar lo que tengamos que enfrentar y no le pidamos al Señor que nos quite la enfermedad, el problema o la dificultad en la que nos encontramos sino pidámosle que nos de fortaleza para enfrentarlo.
Que en esta fiesta de la Transfiguración del Señor nos regale la gracia de cambiar de forma y dejemos irradiar nuestra propia luz.





Claudia Puac
Novicia MAR

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