LECTIO DIVINA DEL DOMINGO DE RAMOS (LA PASIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO)- CICLO A, EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 26, 14-27, 66
INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
¡Oh Espíritu Santo!, alma de mi alma, te
adoro; ilumíname, guíame, fortifícame, consuélame, dime que debo hacer,
ordéname.
Concédeme someterme a todo lo que quieras de
mí, y aceptar todo lo que permitas que me suceda. Hazme solamente conocer y cumplir tu
voluntad.
CONTEXTO:
En el Evangelio de
san Mateo pone de relieve dos cosas: la grandeza de Jesús ante la falsedad de
sus acusadores, y el motivo por el cual sufrió todas esas ofensas: lo hizo
porque Él que es el Siervo doliente, anunciado por los profetas, que cargó
sobre sí mismo nuestros pecados. Entonces los designios de Dios se cumplen en
la muerte de Jesús, pero también con su resurrección. San Mateo prueba a los
judeo-cristianos, que esperaban un Mesías triunfador y glorioso, que los
profetas anunciaron un Mesías paciente y que las Escrituras previeron el
desarrollo de la pasión hasta en sus mínimos detalles.
Así, la agonía de
Jesús en Getsemaní estaba prevista por el Sal 41, 62, 6 (26, 38). Apenas
detenido Jesús, san Mateo precisa que era necesario que así sucediera para
cumplir las Escrituras (26, 54, 56), rechazando con ello la opinión de quienes
pudieran ser partidarios de una respuesta armada a la detención de Jesús. En el
diálogo entre Cristo y el sumo sacerdote, San Mateo subraya también el tema del
Templo (26, 21), “cumplido” en la persona de Cristo, y cita a Dan. 7, 13 sobre
el Hijo del hombre (26, 64). El evangelista es también el único que descubre la
muerte de Judas (27, 3-10), en la que ve de nuevo el cumplimiento de las
Escrituras (Zac 11, 12-13).
TEXTO
Lectura del
Santo Evangelio según San Mateo 26, 14-27, 66
¿QUÉ DICE EL TEXTO?
Mateo introduce unas palabras del
Señor que demuestran su conocimiento de lo que va a ocurrir:” El hijo del
hombre va a ser entregado para ser crucificado” (Mt. 26,2).
Este detalle es fundamental para
comprender el sentido de la pasión y muerte de Jesús. No se trata de algo que a
Jesús le ocurre sin darse cuenta. Es consciente de lo que va a pasar. No le
pilla de sorpresa. Lo tiene asumido. Nosotros ahora estamos pasando por
situaciones muy duras: estamos privados de libertad para transitar nuestras
calles, para ir al campo etc. Y todo lo debemos asumir con tal de vencer al
enemigo común: el coronavirus.
Y tenemos presentes a los enfermos
contagiados, a los héroes de la salud que están arriesgando sus vidas, a los
que están corriendo un riesgo mayor y, sobre todo, a nuestros queridos
difuntos. Y esto lo demos asumir uniendo nuestro sufrimiento al de Cristo,
nuestro hermano, que nos invita, desde su propia experiencia personal, a
confiar en un Padre que lo sabe todo y quiere para todos, para mí y también
para vosotros, lo mejor.
¿QUÉ ME DICE EL SEÑOR?
Hoy Señor me dices en tu Palabra el amor tan
grande que tuviste por mí al entregar tu vida para salvarme, me hace
reflexionar sobre mi vida, que a veces puedo declararte mi Rey pero después puedo
llegar a negarte, pero me enseñas que eres fiel hasta el extremo, que en todo
momento me esperas y me dices que me amas cada vez que veo tu Cruz.
¿QUÉ LE DIGO YO AL
SEÑOR?
Señor dame la
gracia para poder entregarme a ti como tú lo hiciste, a perdonar como tu
perdonas, a amar como tu amas, hacerte fiel en cada momento de mi vida, pero sobre
todo dame la gracia de ser agradecida por el gran amor incondicional que me
das.
Yessica Victoria, Novicia MAR
Comentarios
Publicar un comentario