TERCER DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO. CICLO C, LUCAS 1, 1-4; 4,14-21


“Canten al Señor un cántico nuevo, canten al Señor toda la tierra. Honor y majestad le preceden, fuerza y esplendor están en su templo” (Salmo 95,1-6)


 Compartimos con ustedes el enlace del audio de la Lectio Divina del Tercer Domingo del Tiempo Ordinario: He sido enviado para evangelizar a los pobres y a los oprimidos.
INVOCATIO

Nos preparamos para este encuentro con nuestro Padre Dios,  pidiendo la luz de su Espíritu Santo y  abriendo nuestro corazón con toda confianza a Jesús.

¡Oh Espíritu Santo!, alma de mi alma, te adoro; ilumíname, guíame, fortifícame, consuélame, dime qué debo hacer, ordéname.
Concédeme someterme a todo lo que quieras de mí y aceptar todo lo que permitas que me suceda. Hazme solamente conocer y cumplir tu voluntad.

LECTIO

Lucas  1, 1-4; 4,14-21
 
Puesto que muchos ya emprendieron la tarea de componer un relato de todos los acontecimientos que por voluntad divina se han cumplido entre nosotros, siguiendo la tradición que nos dejaron los que desde el principio fueron testigos oculares y luego se dedicaron al servicio de la palabra; también a mí me pareció oportuno, después de investigarlo todo cuidadosamente desde sus orígenes, ofrecerte, ilustre Teófilo, esta narración ordenada, para que compruebes la solidez de las enseñanzas que recibiste. Dando comienzo a su ministerio público, regresó Jesús del desierto a Galilea, revestido del poder del Espíritu. Su fama se extendió por toda la región. Y elogiado por todos,  empezó a enseñar en las sinagogas de los judíos.  Entonces fue a Nazaret, donde se había criado; el sábado entró como de costumbre en la sinagoga y se levantó para hacer la lectura. Le presentaron el libro del profeta Isaías, y abriéndolo, encontró el pasaje donde dice: << El Espíritu del Señor está sobre mí, porque el Señor me ungió. Él me envió a llevar una buena noticia a los pobres, a anunciar la liberación a los cautivos y dar vista a los ciegos; a dar la libertad a los oprimidos y a proclamar el año de gracia del Señor.>> Jesús cerró el libro, lo devolvió al ayudante y se sentó. Todos en la sinagoga tenían los ojos fijos en Él. Entonces comenzó a decirles: <<Este pasaje de la Escritura se ha cumplido al escucharlo hoy ustedes. >>

CONTEXTUALIZACIÓN

La lectura del Evangelio, propuesta por la liturgia para este domingo, tiene dos partes:

- el Prólogo del Evangelio (1, 1-4)  y  la presentación de Jesús en la sinagoga de Nazaret (4, 14-21).

En el Prólogo, escrito al estilo de los historiadores de su tiempo, Lucas nos indica el cuidado que ha tenido para reunir los datos y tradiciones sobre Jesús de Nazaret; señala además que el origen de todo está en Jesús y los datos que los testigos oculares describen después de la resurrección de Jesús, son los temas de la predicación sobre el Mesías. El Evangelio y el libro de los Hechos de los apóstoles están dedicados a un tal ilustre Teófilo. Este nombre significa "amigo de Dios". Esto hace suponer a algunos comentaristas que Teófilo era un cristiano conocido. Otros, en cambio, opinan que Teófilo es un nombre simbólico. Y, por esto, la dedicatoria va dedicada a cualquier cristiano de cualquier época.

1. Lleno del Espíritu Santo (v. 4, 1)

La misión que Jesús va a proclamar en la sinagoga de Nazaret está impulsada por el Espíritu Santo. Así Lucas ya comienza a ver a Jesús como el profeta enviado por Dios para trasmitir a su pueblo su mensaje. En el Jordán, Jesús es ungido por el Espíritu Santo (3, 22). Así comienza su actividad apostólica como ya había comenzado su existencia humana por obra del Espíritu Santo (Lc 1, 35). Es el Espíritu que le conduce a Galilea. Allí había comenzado su vida y se había desarrollado su infancia y adolescencia. Y en la despreciada "Galilea de los gentiles" comienza su ministerio, por la Palabra, impulsado por el Espíritu. El Espíritu, que inspiró a los profetas y a los autores sagrados, y que en Jesús en Galilea, extiende ampliamente su acción. Su virtud quiere transformar el mundo, santificarlo, ponerlo bajo la soberanía de Dios. Cuando Jesús haya terminado en Jerusalén la meta de su actividad que comienza en Galilea, partirán los discípulos en virtud del Espíritu y la noticia de Jesús llenará el mundo entero.

2. El Espíritu está sobre mí (v. 18)

 Lucas nos presenta a Jesús como el lector que proclama la Palabra de Dios, escrita por Isaías el profeta. Y se siente ungido por el mismo Espíritu para actualizar la virtud de la Palabra que cuatro siglos antes había pronunciado el Tercer Isaías (Is 61, 1-3). Curiosamente, Lucas no cita una parte del versículo original de Isaías (61, 2) un día de venganza de nuestro Dios. Lucas ha sido calificado como el "evangelista de la ternura y misericordia de Dios". ¡Detalle muy significativo! Lucas subraya también el poder de la Palabra de Dios, que actúa para anunciar (y realizar) la buena noticia a los pobres. Es cierto, la Palabra de Dios es viva y eficaz porque hace lo que dice (Cfr. Heb 4, 12). Todo el Evangelio es la buena y alegre noticia que proclama, con palabras y obras, que Jesús trae la liberación. Jesús es profeta, porque proclama la salvación y también es Mesías, porque su Palabra es ya salvadora y liberadora. Es un texto programático para la Iglesia y para todo discípulo de Jesús: ungido, para anunciar y realizar la liberación a los pobres, encarcelados, ciegos, oprimidos y seguir proclamando un año (sin fin) de gracia del Señor.

3. Hoy se ha cumplido ante ustedes esta Palabra (v. 4, 21).

Es la brevísima homilía que Jesús pronuncia, después de haber leído al profeta Isaías. Con estas palabras, Jesús quiere indicar que en El, por su venida, presencia y acción, toda la salvación de Dios ya está presente para aquellos que quieran acogerla. La Iglesia tiene la misión, como los primeros apóstoles, de ir anunciando y actualizando en cada lugar y en todo tiempo que la acción salvadora del Mesías Jesús es constante. El "hoy" es constante, porque siempre es "ahora" y "hoy" y en cada momento el Señor nos está brindando su salvación. La Liturgia de la Iglesia proclama constantemente la Palabra. Y esta Palabra no es una sólo preparación para celebrar el sacramento (bautismo, penitencia, Eucaristía, etc...). Tampoco la Palabra se limita a ser memoria de un hecho pasado. Es la actividad que se realiza en el momento en que se proclama la Palabra. De tal modo, que algunos Biblistas le llaman "Palabra sacramental", porque sin pronunciar la Palabra no hay sacramento.[i]

MEDITATIO

Después de haber reflexionado el evangelio donde nos muestra sobre el comienzo de su ministerio público, después de su regreso al desierto de Galilea, revestido del poder del Espíritu Santo y fue enviado a llevar la buena noticia a los pobres, a los oprimidos; y hoy nos impulse a proclamar la palabra de Dios con valentía. ¿Soy consciente de esta vocación regalada por el Señor? ¿Trato de vivirla y realizarla a favor de los pobres? La invitación es seguir siempre  los pasos de Jesús a la misión trabajando por el Reino de Dios, seguir confiando  y que nos dejemos guiar por medio de su Espíritu Santo. No debemos desconfiar de nuestras capacidades para llevar a cabo la misión, por ello deberíamos seguir a Jesús; estando más de cerca a nuestros hermanos, aunque la sociedad nos lleve por caminos de insolidaridad y falta de amor. Danos un corazón humilde y sencillo, enciende en nuestro corazón la alegría de recibir la Buena Noticia de nuestra salvación en el mundo de hoy.

ORATIO

Cada día voy descubriendo que Dios se revela en la sencillez de mi corazón, me acompaña y transforma mi vida  por medio de su Santo Espíritu y también me hace ver en mi diario vivir como discípula de Jesús mi disponibilidad para anunciar la buena noticia a los más necesitados de tu Palabra y de tu divina misericordia. Gracias Padre, por la oportunidad que nos das cada día, de seguirte con fidelidad.  Permítenos ser signo de amor, de unión y de paz para todos nuestros hermanos. Que seamos portadores de esperanza, transmisores de esta Buena Nueva, de este amor infinito. Haz que nos convirtamos en testimonio vivo de ella y ayúdanos a llevar una vida, según tu voluntad.

CONTEMPLATIO Y ACTIO

Hoy el Señor me invita que el evangelio es para darnos la vida en plenitud.  Ver siempre  la luz de su palabra, que ilumina y transforma mi vida con un corazón generoso, abierto y sencillo. “El Espíritu del Señor está sobre mí”,  ¿Me siento llamado a ofrecer mis servicios a anunciar  la Palabra del Señor? Jesús es el modelo perfecto que me enseña a dar testimonio ante los demás, a evangelizar  y proclamar la grandeza de su amor. Que sea tu Santo Espíritu que nos inspire y nos fortalezca en nuestro diario vivir, que tu palabra germine en nuestros corazones para que aceptemos cada día la voluntad de nuestro padre Dios y no la nuestra.   


Juana Maricela Hernández, Novicia MAR




                                      

Comentarios

Entradas más populares de este blog

LECTIO DIVINA PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO, CICLO C, SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS (21,25-28.34-36)

LECTIO DIVINA, TERCER DOMINGO DEL TIEMPO DE ADVIENTO, SAN LUCAS 3,10-18

No llores si me amas. Carta de San Agustín a su madre (Santa Mónica).