LECTIO DIVINA Lc 10,25-37


Compartir la Palabra de Dios enriquece el corazón, lo hace salir de sí para comprometerse nuevamente con la vida. De la vida a la Biblia y de la Biblia a la vida para que la Palabra se haga transformante. Hoy la Iglesia nos presenta la gran parábola del amor cristiano: El Buen Samaritano.

Un levita quiere poner a prueba a Jesús (v.29) El maestro de la ley esperaba que le asignaran los límites exactos de su deber. A nosotras nos puede pasar; es mejor no discernir cuál es la voluntad de Dios y acatar la  norma para cumplir con el deber y quedar así justificada. Pero el Señor hoy nos ilumina con su Palabra. La primera lectura del Deuteronomio nos invita a escucharle primero, entrando en un proceso continuo de conversión al Señor y al hermano; es necesario purificar nuestros sentimientos, deslastrarlos de nuestras arrogancias, búsqueda de sí, seguridades, acomodamientos, etc.

Para explicar quién es mi prójimo, Jesús con fina ironía, pone a un samaritano a quien los judíos consideraban extranjero y prácticamente pagano, como el ejemplo de alguien que cumplió con el mandamiento de amar al prójimo. Prójimo (próximo) para Jesús ya no es el cercano, el familiar, el de mi raza; prójimo es “aquel a quien yo me acerco”. Es una  nueva mirada del corazón, es una decisión; No solo me pide una caridad; me pide que arriesgue. Hacer de buen samaritano significa cambiar los planes («llegó junto a él»), dedicar tiempo («cuidó de él»)... Todos podemos actuar como él cumpliendo las propias tareas con espíritu de servicio.

El presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), cardenal Rubén Salazar Gómez, aseguró este viernes 12 en rueda de prensa que el país enfrenta una grave amenaza por la corrupción, lo que podría llevar a una "institucionalización" de esta, cuando se hace común "una mentalidad que desvía los bienes del Estado y los hace bienes privados". Detrás de toda está corrupción, yacen los cuerpos caídos de tantas víctimas que sufren la violación de sus derechos más sagrados .

La respuesta del Señor es inminente: “Ve y haz tu lo mismo” (v.37).

Jesús es el Buen Samaritano. Él nos ha dado ejemplo. Ha salido a nuestro encuentro, nos ha curado, lavado nuestras heridas con su sangre. Nos ha salvado y nos devuelve a la vida para que hagamos lo mismo. Nuestro Dios es un Dios cercano, próximo; Evoco el salmo 115:  “Tienen boca y no hablan, tienen ojos y no ven, tienen orejas pero no oyen…(vv.5-6), manos tienen, pero no palpan; tienen pies, pero no andan (v.7). No a nosotros Señor, no a nosotros, sino a tu nombre da la gloria (v.1). Es importante para mí recordar este salmo. Monseñor Ochoa lo aludió en el frontal de nuestra iglesia de Monteagudo. Nuestra vida misionera agustina recoleta está llamada a ser samaritana. Al servicio de los pobres y en el corazón de la misión porque nacimos para la justicia;  Todo  cuando hagamos debe ser  para la gloria de Dios, que significa, hacer lo necesario para que el hombre viva. Para eso vino Jesús, para dar vida y vida en abundancia.

Hna. Nieves María Castro Pertíñez.mar

 

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