ALGUNAS FRASES CONTUNDENTES EN EVANGELII GAUDIUM
La primera exhortación apostólica del Papa Francisco
tiene como tema central el anuncio del Evangelio en el mundo actual. Un anuncio
que es Buena Noticia y que por lo tanto precisa ser realizado con un desbordado
gozo; de ahí el nombre: la alegría del Evangelio. Es una invitación a iniciar una nueva etapa
evangelizadora marcada por esta alegría.
En un mundo cada vez más tendente al individualismo
egoísta, que siempre desemboca en soledad y tristeza, cada cristiano está
llamado a testimoniar que el deseo de Dios es una vida digna y feliz para sus
hijos e hijas. Para ser testimonio se requiere un constante, renovado y
confiado encuentro con Jesús; o al menos el deseo de dejarse encontrar por Él,
sin miedos, porque cuando se da el primer paso se descubre que Él ya esperaba
con brazos abiertos y entrañas de misericordia.
Aquí comparto algunas de las frases que más me han
impactado de esta exhortación, frases que se convierten en un reto, en un modo
aterrizado de acoger el don la fe que he recibido. Ojalá todos y todas podamos
apropiarnos de las invitaciones que nos hace el documento y que sin duda, con
la asistencia del Espíritu, nos ayudarán a vivir en sintonía con el Reino que
Jesús ya nos ha entregado.
1. Prefiero una Iglesia accidentada,
herida y manchada por salir a la calle, antes que una Iglesia enferma por el
encierro y la comodidad de aferrarse a las propias seguridades (49).
2. En muchos países, la globalización ha significado un acelerado deterioro
de las raíces culturales con la invasión
de tendencias pertenecientes a otras culturas, económicamente desarrolladas
pero éticamente debilitadas (62).
3. Hay cierto cristianismo de devociones, propio de una vivencia individual y
sentimental de la fe, que en realidad no responde a una auténtica “piedad
popular”. Algunos promueven estas expresiones sin preocuparse por la promoción
social y la formación de los fieles, y en ciertos casos lo hacen para obtener
beneficios económicos o algún poder sobre los demás (70).
4. El problema no es siempre el exceso de actividades, sino sobre todo, las
actividades mal vividas, sin las motivaciones adecuadas, sin una espiritualidad
que impregne la acción y la haga deseable (82).
5. El Evangelio nos invita siempre a correr el riesgo del encuentro con el
rostro del otro, con su presencia física que interpela, con su dolor y sus
reclamos, con su alegría que contagia en un constante cuerpo a cuerpo. La
verdadera fe en el Hijo de Dios hecho carne es inseparable del don de sí, de la
pertenencia a la comunidad, del servicio, de la reconciliación con la carne de
los otros. El Hijo de Dios, en su encarnación, nos invitó a la revolución de la
ternura (88).
6. Hace falta ayudar a reconocer que el único camino consiste en aprender a
encontrarse con los demás con la actitud adecuada, que es valorarlos y
aceptarlos como compañeros de camino, sin resistencias internas. Mejor todavía,
se trata de aprender a descubrir a Jesús en el rostro de los demás, en su voz,
en sus reclamos. También es aprender a sufrir en un abrazo con Jesús
crucificado cuando recibimos agresiones injustas o ingratitudes, sin cansarnos
jamás de optar por la fraternidad (91).
7. …es necesario ampliar los espacios para una presencia femenina más
incisiva en la Iglesia (103).
8. ¡Qué bueno es que los jóvenes sean “callejeros de la fe”, felices de
llevar a Jesucristo a cada esquina, a cada plaza, a cada rincón de la tierra!
(106)
Yolenny Ramírez Novicia
MAR
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