FELIZ AÑO 2016 DESDE LA CASA NOVICIADO
QUERIDOS LECTORES:
Hemos querido cerrar este año realizando el retiro espiritual en casa, a
los pies del Santísimo; dejándonos tocar por la mirada compasiva y
misericordiosa de nuestro Maestro. Un día hermoso, de reflexión, de
reconciliación, de proyección en torno al tema de la misericordia.
Desde aquí, queremos desearos a todos un FELIZ AÑO 2016.
Tal vez no nos conozcamos mucho; a algunos nada. Lo importante es
mantenernos unidos por la fe, por el amor, por el gozo de sabernos amados
por ALGUIEN que antes nos amó
primero.
Este año de la misericordia es una invitación para todos nosotros a
vivirnos en gratuidad.
Todo lo hemos recibido gratis y por tanto, debemos compartir toda
nuestra vida, todo nuestro ser. MISERICORDIA es GRATUIDAD.
Invitación profunda a perdonarnos, a dejarnos corregir, a ayudarnos
mutuamente, a ser generosos, desprendidos, disponibles; a mirar cada rostro
buscando el rostro del Dios vivo y dando de nuestra pobreza. ¿QUÉ
TENEMOS QUE NO HAYAMOS RECIBIDO? Tienes casa, da cobijo. Tienes alimentos, comparte. Tienes abrigo,
piensa en el que pasa frío. Tienes salud, visita al enfermo. Eres libre, visita
al preso. Todavía no te pesan los años, ten paciencia con el anciano. Estás muy
preparado y sabes mucho, enseña al que no sabe. Los guerrilleros enseñan a los
niños a defenderse, a protegerse del enemigo, y enseñan a matar. ¿Y nosotros?
No demos peces, enseñemos a pescar. Pongamos todo a disposición del que carece
de lo indispensable para ser feliz. Simplemente, amemos, entregando el corazón,
la vida, porque son muchas las bendiciones que se reciben, mucho más de lo que
imaginamos.
Y una mirada especial para nuestros hermanos; que esa mirada llegue al
fondo del corazón de Dios-papá para que cesen las guerras, desaparezca la trata
de personas, cada uno disfrute de su tierra y no pierda el derecho de circular
por donde quiera y vivir su propia religión, desaparezca el hambre y el
maltrato a los niños, los ancianos no sean un estorbo y no haya personas “de la
calle”, porque gracias a todos hemos hecho un mundo más humano, desde el don de
sí mismos y el convencimiento de que esta casa, esta tierra es de todos y para
todos los hijos de Dios que se saben hermanos.
Recordamos especialmente con nuestras oraciones a nuestros familiares,
hermanas y hermanos enfermos; estamos muy cerca de vosotros y os acompañamos en
vuestras necesidades. Muchas bendiciones para todos.
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