LECTIO DIVINA, Lucas 13,22-30: DOMINGO XXI DEL TIEMPO ORDINARIO

“TRATEN DE ENTRAR POR LA PUERTA ESTRECHA”

Puedes acceder por medio de este link a la reflexión del Evangelio sonoro de este domingo:
https://drive.google.com/file/d/0B2Pb_ODVLt4lYndhSEM4VVVidlk/view?usp=sharing


Evangelio según San Lucas 13,22-30. 
Jesús iba enseñando por las ciudades y pueblos, mientras se dirigía a Jerusalén. 
Una persona le preguntó: "Señor, ¿es verdad que son pocos los que se salvan?". El respondió: 
"Traten de entrar por la puerta estrecha, porque les aseguro que muchos querrán entrar y no lo conseguirán. 
En cuanto el dueño de casa se levante y cierre la puerta, ustedes, desde afuera, se pondrán a golpear la puerta, diciendo: 'Señor, ábrenos'. Y él les responderá: 'No sé de dónde son ustedes'. 
Entonces comenzarán a decir: 'Hemos comido y bebido contigo, y tú enseñaste en nuestras plazas'. 
Pero él les dirá: 'No sé de dónde son ustedes; ¡apártense de mí todos los que hacen el mal!'. 
Allí habrá llantos y rechinar de dientes, cuando vean a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios, y ustedes sean arrojados afuera. 
Y vendrán muchos de Oriente y de Occidente, del Norte y del Sur, a ocupar su lugar en el banquete del Reino de Dios. 
Hay algunos que son los últimos y serán los primeros, y hay otros que son los primeros y serán los últimos".
CONTEXTO
Jesús exhorta a sus interlocutores para que se esfuercen en tomar conciencia de las exigencias que implica seguirlo: capacidad de transformar la vida mediante el arrepentimiento y la reconciliación, total fidelidad a Él y a su proyecto, y optar por la puerta estrecha, por el camino de la salvación del ser humano. No basta realmente beber y comer ocasionalmente con Jesús; hay que compartir su vida y destino, cuyo símbolo es la comunión de la mesa con los humildes y sencillos. El reino de Dios es para Jesús un banquete donde todos nos reconozcamos como seres humanos con dignidad, con derechos y deberes; hombres y mujeres que vayan más allá de las fronteras del color, la raza, religión, color político o nación y que abran las puertas del reino a toda persona. Indudablemente quienes no quieren compartir el proyecto y destino de Jesús, no participan de su banquete de justicia, la solidaridad y la salvación. La salvación no es un asunto de exclusión de los malos, los extranjeros, los huérfanos, las viudas, los pecadores, los ancianos y los niños. La salvación es una buena noticia para todos, y los más afligidos, excluidos y marginados tiene su lugar predilecto.
¿QUÉ DICE EL TEXTO?
Jesús sigue el viaje de subida hacia Jerusalén sin por ello detener la misión: Atravesaba ciudades y pueblos enseñando, mientras caminaba hacia Jerusalén(13,22). Parte de su misión no es solamente predicar sino también escuchar y responder preguntas de la gente, como efectivamente sucede en el pasaje de hoy.

Aparece la pregunta de una persona, anónima, que en con su pregunta deja ver que conoce tanto el texto del 4º libro de Esdras 8,1-3 (escrito en la segunda mitad del S.I dC) que dice: “Solamente pocas personas serán salvadas”, como también el pensamiento de los escribas: “Israel entero tendrá parte en el mundo futuro”, solamente algunos pecadores particularmente culpables serán excluidos (pensamiento recogido tardíamente en la Mishná, Sanhedrín 10,1). La contradicción de las dos corrientes de pensamientos parece estar detrás de la pregunta planteada ahora: “Señor, ¿son pocos los que se salvan?(13,23).

A la pregunta Jesús responde con una exhortación. A un planteamiento de tipo cuantitativo (el “pocos” implica cantidad) Jesús responde con otro de tipo cualitativo (“quienes” lo logran): “Luchad por entrar por la puerta estrecha...” (13,24).

De la respuesta de Jesús aprendemos que:

·        Es urgente hacer todo lo que podamos para ser admitidos en el Reino, antes que sea demasiado tarde.
·        La conversión verdadera es la condición indispensable para que seamos admitidos, nada podrá remplazar esta condición.

En el evangelio de Lucas la puerta estrechano es la entrada a un camino (como en Mt 7,13-14) sino un acceso directo al lugar de salvación. Allí se entra con agonía(como dice literalmente en griego Lc 13,24), es decir, con un esfuerzo moral.

Luego, con una parábola, Jesús indica lo que va a suceder cuando termine el tiempo final, en el cual ya no habrá puerta estrechasino puerta cerrada(13,25-29).

Fuera del lugar de la salvación se quedan todos aquellos que conocieron la misión de Jesús pero no aceptaron sus enseñanzas. Éstos le hacen una protesta al dueño de la casa para que les abra, pero la respuesta repetida dos veces es “No sé de dónde sois” (o “no sé de qué parte están”).  No importa que hayan sido misioneros o que hayan realizado curaciones, éstos se quedarán fuera porque al no tomar en serio la Palabra de Jesús, tampoco pusieron en práctica la voluntad de Dios que era la de conformar su vida con la de Jesús.  Más bien, por el contrario, se convirtieron en “agentes de injusticia” (=obreros de iniquidad).

Los que caminaron como discípulos y evangelizadores, pero no clasificaron para meta, se ven todavía más humillados cuando son testigos de lo que sucede dentro (13,28-29): en la comunión definitiva con Dios (“mesa del Reino”) se encuentran todos sus predecesores israelitas y también los paganos (los que vienen de los cuatro puntos cardinales), mientras que ellos, los que tuvieron el mejor chance con Jesús, se quedan fuera.

¿QUÉ ME DICE EL TEXTO?
En este evangelio vemos que el amor de Dios es un amor exigente: ¡es un amor de Dios!, cabe destacar que esta exigencia no es mala, hasta un padre le exige a sus hijos, esto va más allá, va relacionada con la exigencia del Amor. Bien sabemos que las exigencias del amor no son menos fuertes que las exigencias de la autoridad. El amor de Dios es un amor UNIVERSAL, no puede ser encerrado en conceptos o en pensamientos humanos, sino que por el contrario, busca moverse libremente sobre todos los tiempos y en todos los lugares, con el fin de alcanzar a toda la humanidad.
Para el creyente Dios está en todos sus pensamientos y en sus proyectos, esto significa que nuestras actitudes deben reflejar a un Cristo vivo y a un Cristo humano que nos permita entrar por la puerta estrecha, por la puerta que a tantos les cuesta entrar.

¿QUÉ ME HACE DECIR EL TEXTO A DIOS?

Señor, ayúdame a entrar por la puerta angosta, ayúdame a vivir como TÚ quieres, dame tu gracia para poder estar siempre atenta a lo que me pides, Ayúdame Señor, a saber vivir de acuerdo a tu Evangelio y a poder hacerme pequeña ante mis hermanos.

ORACIÓN FINAL
Sostenme, Señor. Desprende mi corazón de todo, que él sea completamente libre Para que nada le impida verte. Oh, tú, que eres tan humilde de corazón. Moldea mi corazón para que él pueda ser tu morada amada, para que puedas venir a reposar en él y conversar conmigo en una ideal unión. Que este pobre corazón, Señor, No sea sino uno junto con el tuyo... Solamente tú puedes llenar su soledad. Oh Maestro, yo quiero ser santa para ti, Se tú mi santidad, porque yo conozco mi debilidad. Que no busque nada fuera de ti: Solo tú eres capaz de contentarme. (Isabel de la Trinidad)

WENDERLYNG REYES – NOVICIA MAR

Fuentes: 
ZEVINI, G., Lectio divina para cada día del año. Navarra, 2011
Weissensee, J., Lucas Lectio Divina. Bogotá,


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