LECTIO DIVINA: DOMINGO XXXIII DEL TIEMPO ORDINARIO (C) Lucas 21, 5-19

CONTEXTO:
Jesús y  sus  discípulos se encontraban  afuera  del  templo  de  Jerusalén, bajaban del  monte  de los olivos. ¡Lucas tiene  una   novedad!  La  semana  pasada  nos presentaba el  ministerio de  Jesús acerca de la  resurrección  de los muertos.   Hoy nos  presenta  el llamado   “discurso escatológico” (acerca del final de la humanidad y del universo). Lucas  organiza los acontecimientos según su visión de la historia de la salvación, en tres momentos: 1) Destrucción de Jerusalén y del  templo 2) Tiempo de la misión la  salida  a  dar testimonio de  lo que  ocurrirá después de  su  misterio  pascual   3) La venida del Hijo del hombre que traerá la plenitud del reino de Dios.
Para Lucas la destrucción de Jerusalén es el fin de toda una etapa de la historia de salvación,  pero no es el signo de la llegada del fin del  mundo.
 TEXTO
Lectura  del santo evangelio  según san  Lucas 21, 5-19

5 Como algunos hablaban del Templo, de cómo estaba adornado de bellas piedras y ofrendas votivas, él dijo: 6 «De esto que veis, llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea derruida.» 7 Le preguntaron: «Maestro, ¿cuándo sucederá eso? Y ¿cuál será la señal de que todas estas cosas están para ocurrir?» 8 Él dijo: «Mirad, no os dejéis engañar. Porque vendrán muchos usurpando mi nombre y diciendo: `Yo soy' y `el tiempo está cerca'. No les sigáis. 9 Cuando oigáis hablar de guerras y revoluciones, no os aterréis; porque es necesario que sucedan primero estas cosas, pero el fin no es inmediato.» 10 Entonces les dijo: «Se levantará nación contra nación y reino contra reino. 11 Habrá grandes terremotos, peste y hambre en diversos lugares, habrá cosas espantosas y grandes señales del cielo.

12 «Pero, antes de todo esto, os echarán mano y os perseguirán, os entregarán a las sinagogas y cárceles y os llevarán ante reyes y gobernadores por mi nombre; 13 esto os sucederá para que deis testimonio. 14 Proponed, pues, en vuestro corazón no preparar la defensa, 15 porque yo os daré una elocuencia y una sabiduría a la que no podrán resistir ni contradecir todos vuestros adversarios.16 Seréis entregados por padres, hermanos, parientes y amigos, y matarán a algunos de vosotros. 17 Todos os odiarán por causa de mi nombre. 18 Pero no perecerá ni un cabello de vuestra cabeza.19 Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas
¿Qué  dice  el  texto?
    Jesús anuncia la destrucción del templo de Jerusalén y los signos que la precederán.  Avisa, sin embargo, que la  destrucción  del   Templo y de Jerusalén   no significa el fin del mundo ni el fin de la Alianza de Dios con la humanidad,  porque  para  la  mente  judía.   El templo  significaba  la  alianza  de Dios  con  el  pueblo  y  en  ella  tenían puesta   toda su  seguridad,   Jesús  al  verlos  contemplar  las  piedras  que tenía  y  cómo  lo contemplaban  les  dijo: 
Ø    V. 6  “Llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra que no sea derruida” Jesús  anuncia la destrucción no como  final  del  mundo  o  la destrucción del  templo en sí,    sino  el fin  de ese periodo porque  con  él  inicia  la  obra  salvadora,  el  evangelio de hoy   es  una  invitación  para   el discernimiento y el  encuentro  personal con Dios,  para  la  iglesia  es el final  del tiempo ordinario  con esto  se nos  invita  a  hacer  nuestro examen de  conciencia qué tanto hemos vivido y  cómo ha  sido  nuestro  encentro  con  DIOS, y ahora  que termina el año de la  misericordia debemos preguntarnos  ¿qué tan misericordiosos  hemos  sido?

Ø    V.7  sus seguidores le  preguntaron: «Maestro, ¿cuándo sucederá eso? Y ¿cuál será la señal de que todas estas cosas están para ocurrir?» 8 Él dijo: «Mirad, no os dejéis engañar. Porque vendrán muchos usurpando mi nombre y diciendo: `Yo soy' y `el tiempo está cerca'. No les sigáis Si el Señor ha vencido a la muerte, piensa Lucas, el fin hacia el que caminamos no es sólo en el futuro, sino es Jesús resucitado, a quien encontramos también en la Iglesia y en el mundo presente. Así pues, la finalidad de este discurso en Lucas no es tanto describir los acontecimientos que van a suceder en el futuro, como dar a los creyentes de su comunidad la fuerza y el coraje para que puedan vivir el seguimiento de Jesús, en medio de las pruebas y dificultades, recordándoles el valor del tiempo presente, vivido, eso sí, a la luz del Señor resucitado”. 
Es por eso  que  nos  invita  a  no dejarnos llevar  por  las  supersticiones, la  brujería  o  los  que  dicen que pueden  descubren   el  final del  tiempo o  dejarnos  llevar  por  todo  lo que  acontece en  el  mundo  la  tecnología  las  redes  sociales  de una  forma  nos  alejan  de Dios  porque  nos engañan  enviciándonos.
 
Ø    V.13 Esto os sucederá para que deis testimonio. 14 Proponed, pues, en vuestro corazón no preparar la defensa, 15 porque yo os daré una elocuencia y una sabiduría a la que no podrán resistir ni contradecir todos vuestros adversarios.16  Habiendo dicho que enfrentarán situaciones penosas ante los jueces, ahora Jesús instruye a los discípulos para que sigan un comportamiento consecuente con su fe. Los que sufren por su nombre, reciben coraje y sabiduría de la persona de Jesús. Entonces no hay que dejarse dominar por la ansiedad, ya que Jesús promete que él mismo (“yo”) dará tanto boca (capacidad de expresión; ver Ex 4,11.15; Ez 29,21) como sabiduría (contenido; ver Hecho 6,10). Pero a ellos les corresponde “Decidir no preparar el discurso” (ver 12,11). Es interesante notar en esta línea cómo el nombre de Jesús está en lugar de la conocida mención al Espíritu Santo (ver 12,12).
Se nos   presenta también  estas  invitaciones   para  que  estemos  cada  vez  más  anclados  en  Dios  para  que deseemos las  cosas  Espirituales y  no las  materiales  así  nuestro  corazón  será  libre  para amar las  cosas  de Dios al  desprenderse  y  de esta forma  también  es  una  invitación a  revisar  nuestra  vida  en cada  momento  discerniendo lo que Dios  nos  invita  hacer.  Dejemos actuar  al  Espíritu  para  que nos lleve  a  una  vida  Santa. 

¿Qué  nos  dice  el texto hoy  a  nuestra vida?

Ante  este  texto  que  hoy  se nos presenta  podemos preguntarnos  lo siguiente:   
¿Qué  sentimientos  me abruman?  Espanto  angustia, confianza, esperanza,  duda.
¿Dónde  está  la  buena noticia  en este  discurso?
¿Amamos  lo  que  esperamos  y  nos  conformamos a  sus exigencias?
¿Cómo  reacciono  en la  prueba  de  mi  vida  de  fe?
¿Puedo  hacer  conexión con  los sucesos históricos  actuales?
¿Qué  puesto  tiene  Jesús  hoy en  la  historia?
    El texto  nos hace  ver  que somos  débiles ante  las  tentaciones  del mal  como  los  seguidores de  Jesús  que  al  contemplar  el  templo  nos  demuestran  que  así  somos  nosotros  cuando contemplamos las  obras  del  hombre  y  de  una  manera  nos  refugiamos en la seguridad  que nos transmite  y no  olvidamos  de  nuestro  verdadero  centro que es Jesucristo.

 ¿Qué  le  digo  a Dios?

Señor,en este  tiempo que  estamos  viviendo  ayúdanos  a  que no  nos paralice  el  miedo  por todo  lo  que estamos viviendo,  los  temblores en  Italia,  en Ecuador y otros  países que sufren inclemencias  del tiempo y  las realidades  de los pueblos:  vemos  tantas  personas  esclavizadas por  la  drogadicción,    el alcoholismo y tanta violencia que  se  vive.  Ayúdanos  a no perder  la  esperanza,  ayúdanos  a  esperar tu  voluntad con paciencia  ante  todo  lo  vivido  en este  tiempo.
Tu que  les  dijiste  a  tus  discípulos  que  no  temieran,  que sean  perseverantes ante  cualquier  circunstancia, que  no  se  dejen engañar;  Tu eres  nuestro  Señor  y Salvador  ayúdanos  a  tenerte  como  nuestro  centro de vida  y no a las  cosas  como  el  Templo  de Jerusalén.
Ayúdanos  a  descubrir  qué  es  lo que  nosotros contemplamos  día  a  día,   ¿En qué  tenemos anclado  nuestro  corazón?  esos  días  que  Tu  dijiste  que  vendrían  lo  estamos  viviendo  pero  que  nos  atemorice porque tu  dijiste  que  es  una oportunidad  de  ser testimonio  de tu amor, misericordia y  de fe  ante  las  personas que no creen.
Auméntanos la fe  Señor  y  envíanos  tu  Espíritu  para que  nos  ilumine  en lo que debemos hacer, decir  y  cómo  debemos  actuar  frente a la  realidad que  estamos viviendo.   
  
San Agustín: “Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas”
 “El Señor Jesucristo dice en cierto lugar del Evangelio: „Con vuestra paciencia poseeréis vuestras almas‟ (Lc 21,19)… Llámese „paciencia‟, llámese „constancia‟, llámese „tolerancia‟, con diversas palabras es lo mismo lo que significa (…). Dice el pobre: „¡Líbrame!‟ y tú piensas que él pide ser liberado de la pobreza. Dice el rico: „¡Líbrame!‟. ¿Estará enfermo? Puede suceder que esté sano y sea rico, no obstante grita: „ ¡Líbrame!‟. ¿De qué, sino de aquello a que se refiere la propia oración: „¡Líbranos del mal!‟? No importa cuáles sean los bienes en que viva, también el cristiano tendrá siempre que clamar: „¡Líbranos del mal!‟. Si grita „¡Líbranos del mal!‟ es porque tiene algo de lo cual necesita ser liberado; si ha de ser liberado de algo, es porque viven en medio del algún mal; y si se encuentra en algún mal, sean cuales fueren los bienes que lo puedan deleitar, tiene que resistir hasta el momento en que goce de Dios. 12 Así pues, la resistencia es necesaria para todos en este mundo: para los pobres, para los ricos, para los sanos, para los enfermos, para los cautivos, para los libres, para los emigrantes y para los que residen en su patria. La resistencia es necesaria, porque todos somos peregrinos en este mundo”.
 (San Agustín, Homilía 3 59 A, 2.5)


“La resistencia es necesaria, porque todos somos peregrinos en este mundo” (San Agustín)
Fuentes:
http://ocarm.org/es/
http://www.homiletica.org/fidelonoro/fidelonoro0086.pd

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