¡UNA REALIDAD QUE NO PODEMOS IGNORAR!


En estos últimos meses los medios de comunicación nos hablan de la situación en Venezuela,  como cada día el pueblo sufre las consecuencias de las decisiones que el gobierno toma día a día. No podemos menos que preguntarnos: ¿qué pienso, cómo me siento ante esta situación?  ¿Me afecta o no la crisis que viven nuestros hermanos del pueblo venezolano? Y si soy cristiano ¿Cuál es mi compromiso con ellos, cuál debe ser mi postura frente a esta situación?


La crisis que están viviendo, nos sirve a cada uno de nosotros para tomar conciencia de que nos afecta a todos en más o menos medida, también nos ayuda a ser memoria y mirar la historia de nuestros países, dándonos cuenta que a lo largo de nuestro caminar hemos enfrentado situaciones similares o peores y que situaciones de estas dimensiones lo único que trae consigo es sufrimiento, dolor, siendo los más afectados los más pequeños e indefensos como son los niños, el futuro de nuestro Hogar Común, nuestro Mundo. 



Es un momento en el que debemos unir fuerzas y hacer frente a tanto sufrimiento, mediante el poder de la oración a Dios, desde nuestros hogares, en familia,  trabajos, escuelas y comunidades, porque Dios no es sordo al clamor de su pueblo que sufre.




Cruz M. Ajpacajá
Novicia MAR

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