IV DOMINGO DE PASCUA

El Buen Pastor Juan 10, 11-18

Este cuarto domingo de Pascua nos  quiere  ayudar a tomar conciencia de que Jesús es el Pastor que dio su propia vida para darnos vida y que ahora está en medio de nosotros conduciéndonos en la historia como Señor Resucitado.

También se celebra la jornada mundial por las vocaciones sacerdotales.
  • Invocación(desde nuestro Padre San Agustín)

Beber de tu fuente es vivir
        Háblame Tú, Verdad, luz de mi corazón; que no me hablen las tinieblas, pues he ido resbalando insensiblemente en las cosas de aquí y he quedado a oscuras. Pero incluso en estas realidades te buscaba a ti; perdidos me acordaba de ti. Tu voz me perseguía, me gritaba que echase marcha atrás, pero andaba yo muy entretenido en mi mundo callejero como para oír tus llamadas. ¿Cómo voy a oír tus susurros que llaman con paz?

      Finalmente aquí me tienes Señor: vengo a tu fuente, con apasionamiento nuevo, ardiendo en deseos de algo genuino que llene mi vida. A tu fuente vengo, en ella voy a beber y en ella voy a vivir. Nadie me lo impedirá.

      No quiero que mi yo sea el centro de mi vida; Señor que no me viva a mí mismo. ¡Qué gran error he cometido al querer vivir de mí! ¡Yo mismo he causado la muerte al querer vivirme apurando los límites y las posibilidades del placer. Pero bebiendo de ti estoy empezando a revivir. Sigue dando de tus aguas, habla  conversa conmigo, regálame tu Palabra, háblame de ti, que me he acercado al manantial de la Escritura y empiezo a saber y a saborear lo que es vida.
(Confesiones 12,10.10)

      Que la propia experiencia de Agustín nos ilumine para ir a la verdadera fuente de vida que es Cristo Jesús, que se revela por medio de su Palabra. Para esto es necesario ponernos en presencia y clamar su Espíritu, que nos ilumine, conduzca; que rompa todas nuestras sorderas que impiden reconocer y seguir la “voz del Buen pastor”. Elevemos una sencilla oración desde el corazón a Dios. Hablémosle en clave de confianza, de intimidad y escucha amorosa, en un diálogo con aquel que nos ama y da la vida por nosotros.

  • Texto:Juan 10,11-18    

      Leer con atención y quedar con frases que llegan de manera especial al corazón

      Yo soy el buen Pastor. El buen Pastor da su vida por las ovejas.El asalariado, en cambio, que no es el pastor y al que no pertenecen las ovejas, cuando ve venir al lobo las abandona y huye, y el lobo las arrebata y la dispersa. Como es asalariado, no se preocupa por las ovejas.Yo soy el buen Pastor: conozco a mis ovejas, y mis ovejas me conocen a mí como el Padre me conoce a mí y yo conozco al Padre y doy mi vida por las ovejas.Tengo, además, otras ovejas que no son de este corral y a las que debo también conducir: ellas oirán mi voz, y así habrá un solo Rebaño y un solo Pastor. El Padre me ama porque yo doy mi vida para recobrarla. Nadie me la quita, sino que la doy por mí mismo. Tengo el poder de darla y de recobrarla: este es el mandato que recibí de mi Padre».

 Iluminación

  Jesús se presenta como el Buen pastor. En su tiempo el pastoreo era una función muy común, que implicaba, cuidar, vigilar, alimentar, conducir. Pero Jesús supera a un simple pastor, pues estos trabajaban simplemente  motivados por el salario, mientras que Jesús es aquel que dará la vida por sus ovejas, por amor a su pueblo. Jesús es el enviado del Padre: “Tanto amor Dios al mundo que envió a su único Hijo (Jn 3, 16).”

      Jesús sabía que los pastores eran personas despreciadas, excluidas por el oficio que realizaban, por entrar en contacto con los animales y todo lo  referido a ellos, lo que era considerado impuro para los judíos. Aun así, Jesús se presenta como un pastor que desea reunir sus ovejas, incluir las dispersas y perdidas. Así como los pastores, Jesús se acerca  al despreciable socialmente: leprosos, enfermos, endemoniados, mujeres, niños, pobres. Desciende y rescata la vida, la dignidad humana, porque está libre de las vendas  exclusivistas de las normas,  leyes del sistema religioso y político.

      El término pastor también implica familiaridad porque la relación entre el Pastor y sus ovejas representaba una de las relaciones más estrechas que se podían observar en la cotidianidad de un israelita; se explica por qué Dios utiliza este símbolo para expresar su relación con su pueblo elegido y con toda la humanidad.
      El Buen pastor conoce sus ovejas y ellas le conocen. El texto abarca un carácter universal: “tengo además otras ovejas que no son de este redil, también a estas tengo que traer y escucharán mi voz y habrá un solo rebaño, un solo pastor.” Jesús no solo vino para las ovejas de la casa de Israel que esperaba la llegada del Mesías, sino que vino para TODOS. Desea reunir las de Israel y rescatar a las tantas perdidas y desorientas.

Para esto es necesaria la entrega total de su vida, que será recompensada por el Padre. Vida entregada libremente por amor, pues el verdadero amor lleva hasta el don de la propia vida.

Contextualización

      El capítulo 10 de Juan aborda el tema del Buen pastor. En los primeros versículos Jesús se presenta como la puerta por la que se entra en la vida, la salvación y el pastor que conduce a su pueblo a la libertad.

      Jesús se encuentra en un ambiente de conflictos con los fariseos por la cura de un ciego de nacimiento, narrado en el capítulo 9. Pero quienes están verdaderamente ciegos son los fariseos que no reconocen a Jesús como un enviado de  Dios. Su intención es abrir sus ojos, para esto muestra la diferencia entre su actuar que libera y el de ellos (los fariseos) que maltratan y mantienen al pueblo esclavizado por medio de leyes y normas exclusivistas.


      Como es propio de su metodología, utiliza la figura del buen pastor y del ladrón para ahondar y quitar toda la ceguera, tanto del pueblo como de sus líderes. Jesús acusa a los jefes de mantener al pueblo encerrados, desposeído de su libertad. Jesús es el Buen pastor: verdadero, bondadoso, que vino a salvarlos de esta esclavitud, donde comienza un “nuevo éxodo”.

      En el v. 11 “Yo soy en Buen pastor” da a conocer su verdadera identidad, en contrastes con los jefes que son ladrones y mercenarios. Comunica su vida de Hijo de Dios, haciéndonos partícipes de su relación con el Padre.
Cuando dice: “este redil” se refiere al templo de Israel en el que el pueblo se encontraba aprisionado, pero también se preocupa de tantos otras que prisioneras en otros rediles, mantiene al hombre esclavizado.

Meditación

      Un momento íntimo: usted y el texto, permita que esta palabra sea para ti alimento, dialogue con ella, cuestione y  déjese ser tocado/a por ella.
      ¿Qué te llama la atención en este texto? ¿Qué dice a tu vida, a tu realidad de cristiano/a?

      El buen pastor conoce a sus ovejas y ellas conocen su voz ¿Somos capaces hoy de escuchar, reconocer la voz de Jesús nuestro pastor o estamos ensordecidos por la bulla del mundo, sus pasiones, el individualismo?…


      El texto me invita a la misericordia de Dios, a contemplarlo en sus gestos y mirada de amor hacia  todos, en especial a los más desfavorecidos; siendo Dios se rebajó del todo, no buscó privilegios, sin recompensas, buscó dar amor a quienes se les acercaban. Desde el corazón siento que Dios me llama a ser también yo misericordia, cercanía, cariño, ternura de su presencia; desde mi vocación, primeramente cristiana y de manera radical en una consagración religiosa.

      Quiero mirarte solo a ti, como mi modelo y maestro, quiero ser lo que sueñas para mí.Quiero irradiar tu luz, mi Jesús, quiero ser sal, quiero ser un sencillo instrumento en tus manos, para la construcción del Reino.

      Quiero ser tus manos que acogen; tus pies que van al encuentro, quiero que me enseñes a mirar desde tus ojos, a amar desde la generosidad de tu corazón. Quiero compartir con mi vida un poco de lo que haces en la mía.

      Atráeme siempre para que no exista nadie más que vos! Te doy mi corazón, mi vida y te pido que inclines mi voluntad a tu santo querer. ¡Dios mío, dulzura mía!
Oración

       Señor Jesús, te reconozco a ti como mi pastor, mi buen pastor, donde encuentro la verdadera fuente de vida. Te agradezco por el amor paternal que me tienes, con que me cuidas con tanta paciencia, aun en momentos de terquedad para dejarme ser guiada por Ti. Te pido mi Señor un oído atento para escuchar tu voz en todos los días de mí vida, sin dejarme confundir o dejar llevarme por otras pasiones, que no sea la pasión de poseerte y de dejarme poseer por ti.

      También te pido mí Señor, por todos los sacerdotes, para que sean fieles testigos de tu amor, pastores cercanos y amables junto al dolor del pueblo, que sepan acompañar y ser verdaderos animadores, desde la misericordia de Dios.
  • Algunas palabras de papa Francisco a los sacerdotes

      “Conscientes de haber sido elegidos entre los hombres y constituidos en favor de ellos para cuidar las cosas de Dios, ejerzan con alegría y caridad sincera la obra sacerdotal de Cristo, con el único anhelo de gustar a Dios y  no a ustedes mismos”.

      “Entre todos sus discípulos, el Señor Jesús quiere elegir algunos en particular para que, ejerciendo públicamente en la Iglesia en su nombre el oficio sacerdotal en favor de todos los hombres, continúen su personal misión de maestro, sacerdote y pastor”.

      Ellos necesitan de nuestras oraciones y acompañamiento para ejercer su ministerio sacerdotal.


Juliana Lima. Novicia MAR

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